Nueva York, 06 Noviembre 2017,The New York Times
Cuando H. A. Hellyer camina en la calle con su familia, a veces los desconocidos se le acercan y dicen: “¡Allahu akbar!”. Aunque por estos días a muchos occidentales les cueste creerlo, Hellyer no siente miedo cuando eso sucede.
“Camino en la calle con mis hijos”, dijo, “y alguien me dice: ‘Ah, qué lindos son. Allahu akbar’. Y yo bromeo: ‘Gracias… ahora deja de hablarles a mis hijos’”.
La frase en árabe, que simplemente significa “Dios es grande”, a veces parece que se ha vuelto sinónimo de terrorismo.
Se dijo que el conductor de una camioneta que atropelló a veinte personas en una ciclovía en Manhattan gritó “Allahu akbar” antes de que un oficial de policía le disparara. Los hombres que perpetraron el ataque contra el diario francés Charlie Hebdo en 2015 gritaron la misma frase durante el acto violento. Además, la frase se escuchó mientras un soldado británico era atropellado cerca de unos cuarteles militares en 2013 y después lo asesinaron a machetazos.
Sin embargo, para Hellyer y otros musulmanes, Allahu akbar es una frase tan común que ni siquiera la notan. “Es una expresión bastante inofensiva”, dijo.
Su origen es explícitamente religioso. Se dice en la llamada a la oración que se escucha cinco veces al día y en las oraciones que le siguen. No obstante, también se escucha lejos de la mezquita.
“A veces pasa algo bueno y la gente dice: ‘Felicidades’, y proclama la grandeza de Dios como una manera de reconocer lo que consideran una bendición divina”, dijo Hellyer, un académico de religión y política del Consejo Atlántico que vive en Londres.
Su uso incluso puede estar menos relacionado con lo divino.
“Digamos que tu equipo de fútbol está montando un ataque”, dijo Ahdaf Soueif, una autora egipcia. “Puedes decir ‘Allahu akbar, Allahu akbar, Allahu akbar’, y así los estás apoyando como diciendo: ‘Ustedes pueden, ustedes pueden, ustedes pueden’”.
De manera incluso más prosaica, dijo Soueif, “si ves a una mujer muy hermosa o a un hombre guapo, puedes decir: ‘Allahu akbar’”.
Pero la frase —para desgracia de muchos musulmanes— también ha sido utilizada por yihadistas que argumentan que el islam justifica sus ataques contra civiles inocentes en nombre de Dios. Y en una época tensa, el lenguaje puede convertirse en una barrera.
El año pasado, por ejemplo, un estudiante de Berkeley fue expulsado de un vuelo de Southwest Airlines después de que otro pasajero lo escuchara mientras hablaba por teléfono con su tío, a quien le decía que lo llamaría cuando aterrizara, “inshallah”. La frase significa “Dios mediante” y, como en Occidente, se usa mucho en las conversaciones.
Y en 1999, cuando un avión de EgyptAir inexplicablemente se desplomó en el océano Atlántico, los investigadores estadounidenses concluyeron que lo habían derribado intencionalmente porque la grabadora de voz capturó a un miembro de la tripulación que decía: “Tawakilt ala Allah” (“pongo mi confianza en Dios”).
Para los investigadores, la frase sugirió malas intenciones pero para muchos musulmanes, simplemente se trataba de un hombre que aceptaba su destino.
Sin embargo, cuando se trata de Allahu akbar, no se puede negar que lo que significa puede depender de quien lo dice.
Soueif señaló el uso reportado de la frase por parte del sospechoso en los ataques de Manhattan. Sin embargo, Hellyer sugirió que, al final, tuvo poco significado real.
“La gente podría leer los titulares acerca del ataque y decir: ‘Ah, dijo: ‘Allahu akbar’, así que eso significa algo’”, mencionó. “Bueno, probablemente significa que él cree que significa algo… pero eso no quiere decir que quien diga ‘Allahu akbar’ de pronto vaya a cometer algún acto violento, ni mucho menos”.
Mohamed Andeel, un caricaturista y escritor egipcio, se pregunta si vale la pena intentar enseñarles a las personas que no son musulmanes el verdadero significado de Allahu akbar.
“Si le dices a la gente que no tenga miedo de algo”, dijo, “básicamente aprenderán a tener miedo de algo más”.
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