Algunos franceses hacen un esfuerzo por "comprender" mejor la cultura musulmana, desde los atentados cometidos en nombre del Islam en enero en París, y leen cada vez más el Corán y las obras sobre esta religión.
En el primer trimestre del año, las ventas en librería de este tipo de libros se han triplicado respecto a los tres primeros meses de 2014, según un informe de 30 grandes librerías generalistas en Francia. Se trata de un significativo aumento, aunque el volumen siga siendo modesto ya que las obras religiosas representan menos del 1% del total de las ventas de los libreros franceses, según su sindicato.
Pero las matanzas de 17 personas, cometidas por tres jóvenes franceses de confesión musulmana contra caricaturistas y periodistas de Charlie Hebdo, policías y personas de confesión judía, sumadas al horror que suscitan las atrocidades en Siria e Irak del grupo Estado Islámico, han provocado una conmoción en la sociedad francesa, donde vive la mayor comunidad musulmana de Europa, estimada entre 4 y 5 millones de personas.
"Los franceses se hacen cada vez más preguntas y se satisfacen cada vez menos de las respuestas superficiales que ofrecen los medios de prensa" dice a AFP Fabrice Gerschel, director de la revista Philosophie magazine cuyo número especial 'El Corán' fechado en marzo-abril está prácticamente agotado en los kioscos de prensa de la capital.
El denominador común de todos los clientes que compran obras sobre el islam "es comprender y documentarse" y luego "forjarse una opinión propia" afirma Mathilde Mahieux, de la librería religiosa La Procure de París, una de las mayores de Europa.
- ¿Es violento el Corán? -
"He tenido una cliente muy católica que vino a comprar un Corán, pues quería comprender por sí misma si se trata o no de una religión violenta" explica Yvon Gilabert, director de la librería Siloe en Nantes (oeste de Francia).
Más sobre Mahoma Francia Esta necesidad de comprender se traduce por un renovado interés académico.
Una cátedra dedicada al estudio del Corán, que contiene el mensaje transmitido por Dios a su profeta Mahoma, fue inaugurada el jueves en el venerable Collège de France.
Jean Rony, profesor en la Sorbona, también se "ha puesto a leer" el Corán: "Teniendo en cuenta la situación, he añadido sesiones dedicadas a las religiones monoteístas en mis clases de cultura general", destinadas a los estudiantes que se preparan para ser magistrados, explica a AFP.
También se ha avivado la curiosidad entre los propios musulmanes.
"Nuestras ventas de coranes han aumentado un 30% en el primer trimestre (...) Pasó lo mismo después del 11 de septiembre 2001", recuerda Mansour Mansour, director de ediciones Albouraq, con sede en Ozoir-la-Ferrière, cerca de París, uno de los principales editores de obras religiosas musulmanas en francés.
Esta vez, el fenómeno le parece más duradero "porque el islam seguirá planteando problema en el ámbito geopolítico", debido a la actualidad en Oriente Medio.
Pero la lectura de este texto poético y polisémico, escrito entre 610 y 656, sigue siendo ardua para un neófito y debe de todas formas estar "acompañada", advierte Mansour: "Aconsejo no leerlo en primer lugar, es mejor leer antes una biografía del profeta".
Con el Corán hay que tener una lectura cuidadosa para evitar interpretaciones erróneas de algunos versículos sacados de contexto, añade Mansour, encolerizado contra los terroristas que han "instrumentalizado" el libro sagrado.
En momentos en que Francia asiste, conmocionada, a la marcha de centenares de jóvenes radicalizados hacia Siria para sumarse al yihad, Mansour admite que su editorial ha procedido a una selección de su catálogo de publicaciones, "retirando" algunas obras cuyas interpretaciones eran "demasiado literales".
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