El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha distribuido alimentos entre los musulmanes refugiados de la etnia rohingya en Myanmar (Birmania).
La mayor parte de la distribución alimentaria del PMA se ha llevado a cabo en el campo de refugiados de' Taik Ko', en la provincia de Rakhine, oeste de Myanmar, y se prevé que esta reserva alimentaria suministre alimentos básicos a 35 mil rohingyas refugiados en este campamento y zonas aledañas, durante un mes.
Además, la institución internacional del PMA tiene previsto suministrar nuevas reservas de alimentos básicos y necesarios, en un futuro cercano, a 65 mil refugiados musulmanes desplazados en los campos de refugios de la ciudad de Sittwe, la capital del estado de Rakhine. Con la llegada de la temporada de frío, y la escasez de comida y productos básicos, la vida de miles de musulmanes rohingya corre peligro.
La escasez de agua potable y alimentos, la falta de condiciones higiénicas adecuadas, la escasez de medicamentos y comodidades sanitarias y medicas, el desempleo, la falta de recursos necesarios para poder afrontar el frío, son algunos de los principales problemas que afectan a los refugiados musulmanes de Myanmar. Más de un tercio de la comunidad rohingya se ha visto obligada a abandonar sus hogares durante los últimos días debido a la nueva ola de violencia.
Los musulmanes rohingyas -una comunidad de unas 800 mil personas ubicada en el Estado Rakhine (oeste)- no son reconocidos como una minoría. El Gobierno central los considera inmigrantes indocumentados provenientes de Bangladés, pese a llevar en el país varias generaciones y, en consecuencia, carecen de derechos civiles.
Los enfrentamientos que comenzaron durante los últimos meses en el país asiático entre los budistas y la minoría musulmana han provocado 67 muertos, 95 heridos y aproximadamente 3.000 hogares destruidos.
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