La alta comisionada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha llamado al Gobierno de Myanmar (Birmania) a reconocer a los musulmanes rohingyas como ciudadanos de este país; después de que la violencia étnica causara cientos muertos en este Estado asiático.
Los musulmanes rohingyas -comunidad de unas 800 mil personas radicadas en el estado de Rajine (oeste)- no son reconocidos como una minoría. El Gobierno central los considera inmigrantes indocumentados provenientes de Bangladés, a pesar de llevar en el país varias generaciones y, en consecuencia, carecen de derechos civiles.
La titular de la ONU ha deplorado este viernes el desplazamiento de más de 110.000 musulmanes de esta comunidad debido a la violencia de los extremistas budistas y ha exigido al Ejecutivo de Myanmar darle cabida en los campos de refugiados.
Pillay ha instado al país asiático a resolver el problema mediante una enmienda en la ley de la ciudadanía. “Este (cambio) debería incluir una revisión de la ley de ciudadanía para garantizar que rohingyas tengan igual acceso a la ciudadanía”, ha recalcado.
El pasado sábado el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) a través de un comunicado expresó su fuerte preocupación por el incremento de violencia y genocidio contra la minoría musulmana en Myanmar y exhortó a los Estados vecinos a abrir sus fronteras a los desplazados rohingyas.
El pasado 28 de octubre, la ONU informó que más de 26 mil musulmanes se quedaron sin hogar debido a la nueva ola de violencia desatada en el oeste de Myanmar, al tiempo que mostró su preocupación por la falta de recursos para proteger a la minoría musulmana rohingya que se enfrenta a numerosas restricciones: acceso limitado al empleo, a la educación y a servicios públicos.
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