VIGO,06-09-2008,farodevigo.es, Ana Abad de Larriva.
Cerca de 60 fieles, rezando, ayer, en la mezquita de Guixar. / e. rouco
Musulmanes de diferentes nacionalidades celebran desde el lunes el Ramadán
El ayuno que se practica durante el sagrado mes del Ramadán constituye uno de los cinco pilares básicos de la religión islámica. Treinta días de abstinencia en la comida, la bebida y las relaciones sexuales entre el amanecer y la puesta del sol que la mayoría de los musulmanes residentes en Vigo iniciaron el lunes.
Sacrificio para Aláh -su Dios Único-, la empatía con los pobres y la purificación del cuerpo y el alma resumen la esencia de las celebraciones.
Algo que mantienen fuera de sus países de origen. Sin embargo, surgen diferencias importantes. Aquí, por ejemplo, les falta una parte de la familia. "Me da pena que sólo podamos estar los padres y los hijos, porque juntarse la familia entera es importante. Aunque también invitamos a algunos amigos a comer", explica el argelino Hocine Zemiri. Y, hay quien, como Abdelmajid Alami, las pasa completamente solo. "Pero yo preparo todas las cosas igual. Cocino la sopa, el cuscús y los platos típicos para la hora de la ruptura del ayuno", matiza.
El ambiente en la calle, en el lugar de trabajo también es diferente. En Vigo les falta el sabor a Ramadán en la gente. Compartir el sacrificio. "Aquí ves a la gente fumar y comer cuando nosotros no podemos y choca", explica el ingeniero naval marroquí Issam Benchegroun.
Los cinco rezos diarios que se realizan el resto del año se mantienen, aunque en Ramadán se añade un "plus". La mezquita de la zona de Guixar reúne todas las noches del noveno mes del calendario islámico a varias decenas de fieles musulmanes, que acuden para las oraciones especiales del Tarawih, así como los viernes al mediodía. Se trata de un local pequeño, situado en un bajo, con una entrada habilitada para dejar el calzado y una sala destinada al rezo.
Antes sólo acudían a ella los musulmanes del África subsahariana, mientras los marroquíes y argelinos iban al centro situado en la calle Príncipe. Pero -cuenta Hocine- este último cerró y decidieron juntarse. Hombres de diversas nacionalidades conviven porque comparten una misma fe. "La religión nos une. La mezquita no es de nadie y es de todos. Es la casa de Aláh", interviene el senegalés Mammu. Antes también acudían mujeres y había una sala reservada para ellas, "pero dejaron de venir".
Cada año, el Ramadán se inicia diez días antes, por lo que cada tres años, baja un mes. El problema que encuentran cuando cae en invierno es que el "desayuno" de la puesta del sol les toca cuando aún están trabajando, porque "en Vigo no se adapta a él la jornada laboral".
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Cerca de 60 fieles, rezando, ayer, en la mezquita de Guixar. / e. rouco
Musulmanes de diferentes nacionalidades celebran desde el lunes el Ramadán
El ayuno que se practica durante el sagrado mes del Ramadán constituye uno de los cinco pilares básicos de la religión islámica. Treinta días de abstinencia en la comida, la bebida y las relaciones sexuales entre el amanecer y la puesta del sol que la mayoría de los musulmanes residentes en Vigo iniciaron el lunes.
Sacrificio para Aláh -su Dios Único-, la empatía con los pobres y la purificación del cuerpo y el alma resumen la esencia de las celebraciones.
Algo que mantienen fuera de sus países de origen. Sin embargo, surgen diferencias importantes. Aquí, por ejemplo, les falta una parte de la familia. "Me da pena que sólo podamos estar los padres y los hijos, porque juntarse la familia entera es importante. Aunque también invitamos a algunos amigos a comer", explica el argelino Hocine Zemiri. Y, hay quien, como Abdelmajid Alami, las pasa completamente solo. "Pero yo preparo todas las cosas igual. Cocino la sopa, el cuscús y los platos típicos para la hora de la ruptura del ayuno", matiza.
El ambiente en la calle, en el lugar de trabajo también es diferente. En Vigo les falta el sabor a Ramadán en la gente. Compartir el sacrificio. "Aquí ves a la gente fumar y comer cuando nosotros no podemos y choca", explica el ingeniero naval marroquí Issam Benchegroun.
Los cinco rezos diarios que se realizan el resto del año se mantienen, aunque en Ramadán se añade un "plus". La mezquita de la zona de Guixar reúne todas las noches del noveno mes del calendario islámico a varias decenas de fieles musulmanes, que acuden para las oraciones especiales del Tarawih, así como los viernes al mediodía. Se trata de un local pequeño, situado en un bajo, con una entrada habilitada para dejar el calzado y una sala destinada al rezo.
Antes sólo acudían a ella los musulmanes del África subsahariana, mientras los marroquíes y argelinos iban al centro situado en la calle Príncipe. Pero -cuenta Hocine- este último cerró y decidieron juntarse. Hombres de diversas nacionalidades conviven porque comparten una misma fe. "La religión nos une. La mezquita no es de nadie y es de todos. Es la casa de Aláh", interviene el senegalés Mammu. Antes también acudían mujeres y había una sala reservada para ellas, "pero dejaron de venir".
Cada año, el Ramadán se inicia diez días antes, por lo que cada tres años, baja un mes. El problema que encuentran cuando cae en invierno es que el "desayuno" de la puesta del sol les toca cuando aún están trabajando, porque "en Vigo no se adapta a él la jornada laboral".
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