Los musulmanes, que ya son más de un millón, piden educación religiosa en los colegios.
Un grupo de musulmanes reza en Barcelona. - JOSÉ COLÓN
MADRID - 02/09/2008,Publico.es JESÚS BASTANTE -
El mundo musulmán comenzó ayer el Ramadán, el mes sagrado del ayuno y la oración. Una celebración muy presente también en España, donde la población musulmana crece a cada minuto. Según la única encuesta oficial existente hasta la fecha, elaborada por la Unión de Comunidades Islámicas de España (Ucide), existen más de 1.130.000 seguidores de la fe islámica en nuestro país, que suponen el 2,5% del total de la población. Con preocupaciones similares, pero también específicas. Y, evidentemente, con desafíos en torno a la integración y a la vivencia de su fe en una sociedad democrática.
¿Cómo son los musulmanes españoles? Mansur Escudero preside la Junta Islámica. Este médico cordobés, convertido al Islam en los años sesenta, sostiene que “los musulmanes nos sentimos a gusto en España. La Constitución y la Ley Orgánica de Libertad Religiosa garantizan nuestros derechos, lo cual es bueno para los musulmanes, pero también para la sociedad, que gana en pluralidad y se enriquece con otras visiones”.
Problemáticas específicas
Por su parte, el presidente de Ucide, el sirio Riay Tatary, considera que “el colectivo musulmán es representativo en el conjunto de la sociedad española y han de tenerse en cuenta sus necesidades”. Tras la presentación del estudio de Ucide, Tatary apuntaba algunas de sus problemáticas: “Tener la mezquita a excesiva distancia o un local mal acondicionado como oratorio, la incompatibilidad del calendario religioso con el laboral, dificultades en la adaptación de los hijos o que estos reciban clases de Islam en la escuela".
Pese a ello, Tatary reconoce que “los musulmanes ejercen sus derechos y obligaciones como cualquier ciudadano, y se enfrentan a los mismos problemas de trabajo, vivienda y búsqueda del bienestar que el resto de los españoles”. Mientras, Escudero sostiene que en el Islam español persisten “problemas de diferente índole”. Entre ellos, destaca los derivados de “la falta de recursos económicos, la escasez de mezquitas, la ausencia de cementerios islámicos, la dificultad para conseguir alimentos halal [preparados según los preceptos del Islam], los obstáculos que ponen las administraciones para que se imparta la enseñanza religiosa islámica en los centros públicos…”.
Para Mohamed El Afifi, responsable del Centro Cultural Islámico de Madrid, “el Islam es una religión de tolerancia y de inclusión”. En su opinión, “los musulmanes nos sentimos cómodos en la sociedad española, cumplimos las leyes y pedimos que se respeten nuestras costumbres”.
Grados de integración
El informe de la Ucide incide en los distintos grados de integración de la población musulmana. Aunque una gran mayoría son inmigrantes de primera o segunda generación, ya son más de 150.000 los que han nacido y estudiado en España. Su grado de integración es muy elevado. A ello hay que sumar los más de 33.000 españoles convertidos. “Cuando hablamos de integración –sostiene Escudero– habría que especificar a qué nos referimos. Todos amamos y defendemos lo que consideramos propio, y no queremos desprendernos de ello. La cuestión está en aceptar y respetar otras visiones, otras creencias, aunque no sean las nuestras”.
En este sentido, el presidente de la Junta Islámica aboga por “profundizar en el respeto y la práctica de los principios constitucionales. Porque, si por integración se entiende la renuncia forzosa de un colectivo a sus creencias, su cultura o sus costumbres, habría que replantearse la validez, incluso la legalidad, de ese concepto de integración”.
Focos de extremismo
La identificación entre Islam y violencia es otro de los tópicos (no sin ciertas dosis de realidad) con los que se encuentran los seguidores de Alá en nuestro país. Para Escudero, “por supuesto que hay intolerantes entre los musulmanes y entre los no musulmanes y, a veces, se dan manifestaciones de rechazo en ambos sentidos. Pero creo que la sociedad española, con excepciones, avanza en el sentido de reconocer positivamente el valor de la diversidad cultural y religiosa”.
Tatary, por su parte, observa que “existen algunos focos extremistas que nos inquietan, pero no basamos nuestra labor en ellos porque son aislados. No hay motivo para el alarmismo”. Uno de los principales debates entre Gobierno y responsables islámicos se encuentra en la formación y el control de los imanes. En la actualidad, no existe un centro oficial para el estudio del Islam y muchos de los imanes provienen del extranjero, y no están reconocidos como ministros de culto en España.
Una situación que el Ejecutivo desea cambiar en el futuro y que es vista con cierto recelo por parte de las autoridades islámicas.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Un grupo de musulmanes reza en Barcelona. - JOSÉ COLÓN
MADRID - 02/09/2008,Publico.es JESÚS BASTANTE -
El mundo musulmán comenzó ayer el Ramadán, el mes sagrado del ayuno y la oración. Una celebración muy presente también en España, donde la población musulmana crece a cada minuto. Según la única encuesta oficial existente hasta la fecha, elaborada por la Unión de Comunidades Islámicas de España (Ucide), existen más de 1.130.000 seguidores de la fe islámica en nuestro país, que suponen el 2,5% del total de la población. Con preocupaciones similares, pero también específicas. Y, evidentemente, con desafíos en torno a la integración y a la vivencia de su fe en una sociedad democrática.
¿Cómo son los musulmanes españoles? Mansur Escudero preside la Junta Islámica. Este médico cordobés, convertido al Islam en los años sesenta, sostiene que “los musulmanes nos sentimos a gusto en España. La Constitución y la Ley Orgánica de Libertad Religiosa garantizan nuestros derechos, lo cual es bueno para los musulmanes, pero también para la sociedad, que gana en pluralidad y se enriquece con otras visiones”.
Problemáticas específicas
Por su parte, el presidente de Ucide, el sirio Riay Tatary, considera que “el colectivo musulmán es representativo en el conjunto de la sociedad española y han de tenerse en cuenta sus necesidades”. Tras la presentación del estudio de Ucide, Tatary apuntaba algunas de sus problemáticas: “Tener la mezquita a excesiva distancia o un local mal acondicionado como oratorio, la incompatibilidad del calendario religioso con el laboral, dificultades en la adaptación de los hijos o que estos reciban clases de Islam en la escuela".
Pese a ello, Tatary reconoce que “los musulmanes ejercen sus derechos y obligaciones como cualquier ciudadano, y se enfrentan a los mismos problemas de trabajo, vivienda y búsqueda del bienestar que el resto de los españoles”. Mientras, Escudero sostiene que en el Islam español persisten “problemas de diferente índole”. Entre ellos, destaca los derivados de “la falta de recursos económicos, la escasez de mezquitas, la ausencia de cementerios islámicos, la dificultad para conseguir alimentos halal [preparados según los preceptos del Islam], los obstáculos que ponen las administraciones para que se imparta la enseñanza religiosa islámica en los centros públicos…”.
Para Mohamed El Afifi, responsable del Centro Cultural Islámico de Madrid, “el Islam es una religión de tolerancia y de inclusión”. En su opinión, “los musulmanes nos sentimos cómodos en la sociedad española, cumplimos las leyes y pedimos que se respeten nuestras costumbres”.
Grados de integración
El informe de la Ucide incide en los distintos grados de integración de la población musulmana. Aunque una gran mayoría son inmigrantes de primera o segunda generación, ya son más de 150.000 los que han nacido y estudiado en España. Su grado de integración es muy elevado. A ello hay que sumar los más de 33.000 españoles convertidos. “Cuando hablamos de integración –sostiene Escudero– habría que especificar a qué nos referimos. Todos amamos y defendemos lo que consideramos propio, y no queremos desprendernos de ello. La cuestión está en aceptar y respetar otras visiones, otras creencias, aunque no sean las nuestras”.
En este sentido, el presidente de la Junta Islámica aboga por “profundizar en el respeto y la práctica de los principios constitucionales. Porque, si por integración se entiende la renuncia forzosa de un colectivo a sus creencias, su cultura o sus costumbres, habría que replantearse la validez, incluso la legalidad, de ese concepto de integración”.
Focos de extremismo
La identificación entre Islam y violencia es otro de los tópicos (no sin ciertas dosis de realidad) con los que se encuentran los seguidores de Alá en nuestro país. Para Escudero, “por supuesto que hay intolerantes entre los musulmanes y entre los no musulmanes y, a veces, se dan manifestaciones de rechazo en ambos sentidos. Pero creo que la sociedad española, con excepciones, avanza en el sentido de reconocer positivamente el valor de la diversidad cultural y religiosa”.
Tatary, por su parte, observa que “existen algunos focos extremistas que nos inquietan, pero no basamos nuestra labor en ellos porque son aislados. No hay motivo para el alarmismo”. Uno de los principales debates entre Gobierno y responsables islámicos se encuentra en la formación y el control de los imanes. En la actualidad, no existe un centro oficial para el estudio del Islam y muchos de los imanes provienen del extranjero, y no están reconocidos como ministros de culto en España.
Una situación que el Ejecutivo desea cambiar en el futuro y que es vista con cierto recelo por parte de las autoridades islámicas.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
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