ALICANTE,01-09-08,ABC,POR M. P.
Musulmanes alicantinos rezan en la playa del Postiguet, en una imagen de archivo
La mayoría de los musulmanes que residen en Alicante han regresado ya a la provincia tras pasar el verano en sus países de origen, para comenzar desde hoy la observancia del Ramadán, el mes sagrado del Islam. Dicho carácter sagrado, según la tradición islámica, se desprende de que fue en este mes cuando Mahoma recibió la revelación del Corán.
Según la Comunidad Islámica de Alicante, que regenta la mezquita de la capital alicantina, son más de 35.000 los musulmanes llamados a vivir el Ramadán en toda la provincia. Durante 28 jornadas -la celebración del mes sagrado depende del calendario lunar, que anoche estrenó la fase de «luna nueva»-, tendrán que guardar un estricto ayuno entre la salida y la puesta del sol, y desde las mezquitas se les convocará a cinco oraciones diarias.
Durante la observancia del mes sagrado, los musulmanes tienen terminantemente prohibido comer, ingerir cualquier tipo de líquido, fumar y mantener relaciones sexuales durante el día. Según la norma, deben esperar a que anochezca para, en la intimidad de su hogar, cubrir las necesidades básicas que han descuidado durante las horas anteriores .
Los únicos musulmanes que pueden obviar esta norma, según las mismas fuentes, son los niños, los enfermos, los viajeros y las mujeres embarazadas. Sin embargo, el Ramadán debe observarse incluso si se realiza un trabajo físico intenso. «La abstinencia no debe ser excusa para reducir la capacidad de trabajo, en casa o en los empleos», afirman. «En los cuatro o cinco primeros días, el cuerpo nota el cambio de hábitos, pero en los siguientes se recupera».
«Reflexión»
Según los responsables de la mezquita alicantina, el objetivo último del Ramadán es favorecer la «reflexión sobre el «sentimiento religioso». «No se trata de no comer o no beber para pasar hambre y sed», explican, sino que se persigue «dominar la mente y el cuerpo» para favorecer el análisis y la reflexión. Asimismo, la abstinencia «permite experimentar las carencias que tienen otras personas», con el objeto de ser «más solidarios».
Junto con la abstinencia, los musulmanes alicantinos deben acudir a la mezquita, «siempre que les sea posible», para participar en cada una de las cinco oraciones colectivas que se celebran cada día, guiadas por el respectivo imán. En caso de no poder acudir, deben tratar de orar en sus respectivos empleos -si se les permite-, según los responsables de la Comunidad Islámica.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Musulmanes alicantinos rezan en la playa del Postiguet, en una imagen de archivo
La mayoría de los musulmanes que residen en Alicante han regresado ya a la provincia tras pasar el verano en sus países de origen, para comenzar desde hoy la observancia del Ramadán, el mes sagrado del Islam. Dicho carácter sagrado, según la tradición islámica, se desprende de que fue en este mes cuando Mahoma recibió la revelación del Corán.
Según la Comunidad Islámica de Alicante, que regenta la mezquita de la capital alicantina, son más de 35.000 los musulmanes llamados a vivir el Ramadán en toda la provincia. Durante 28 jornadas -la celebración del mes sagrado depende del calendario lunar, que anoche estrenó la fase de «luna nueva»-, tendrán que guardar un estricto ayuno entre la salida y la puesta del sol, y desde las mezquitas se les convocará a cinco oraciones diarias.
Durante la observancia del mes sagrado, los musulmanes tienen terminantemente prohibido comer, ingerir cualquier tipo de líquido, fumar y mantener relaciones sexuales durante el día. Según la norma, deben esperar a que anochezca para, en la intimidad de su hogar, cubrir las necesidades básicas que han descuidado durante las horas anteriores .
Los únicos musulmanes que pueden obviar esta norma, según las mismas fuentes, son los niños, los enfermos, los viajeros y las mujeres embarazadas. Sin embargo, el Ramadán debe observarse incluso si se realiza un trabajo físico intenso. «La abstinencia no debe ser excusa para reducir la capacidad de trabajo, en casa o en los empleos», afirman. «En los cuatro o cinco primeros días, el cuerpo nota el cambio de hábitos, pero en los siguientes se recupera».
«Reflexión»
Según los responsables de la mezquita alicantina, el objetivo último del Ramadán es favorecer la «reflexión sobre el «sentimiento religioso». «No se trata de no comer o no beber para pasar hambre y sed», explican, sino que se persigue «dominar la mente y el cuerpo» para favorecer el análisis y la reflexión. Asimismo, la abstinencia «permite experimentar las carencias que tienen otras personas», con el objeto de ser «más solidarios».
Junto con la abstinencia, los musulmanes alicantinos deben acudir a la mezquita, «siempre que les sea posible», para participar en cada una de las cinco oraciones colectivas que se celebran cada día, guiadas por el respectivo imán. En caso de no poder acudir, deben tratar de orar en sus respectivos empleos -si se les permite-, según los responsables de la Comunidad Islámica.
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