El flamante mandatario de Estados Unidos repuso esa escultura en la oficina presidencial; es una réplica de un regalo del ex primer ministro británico Tony Blair a su par de entonces, George W. Bush
Donald Trump había anticipado como presidente electo que colocaría un busto de Winston Churchill en el Salón Oval cuando tomara posesión del cargo (y cuando pudiera ocupar la Casa Blanca). Y así fue. Ayer, luego de jurar como 45° presidente de Estados Unidos, Trump fue a la emblemática oficina y firmó decretos. La prensa fotografió el momento y las fotos dejan ver que el busto de Churchill está allí, a escasa distancia de su escritorio.
El busto en cuestión es una réplica del que el entonces primer ministro británico Tony Blair le regaló al entonces presidente estadounidense George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, como símbolo de hermandad entre los pueblos del Reino Unido y Estados Unidos.
La Casa Blanca devolvió el busto a la embajada del Reino Unido en Washington una vez finalizado el segundo mandato de Bush, aunque hizo una réplica que Barack Obama, inquilino del Salón Oval desde 2009, decidió retirar y reemplazar por uno de Martin Luther King.
Trump repuso el busto de Churchill al Salón Oval. No fue lo único que cambió en esa oficina durante el día de ayer: el magnate de la construcción hizo colocar cortinas y sillones dorados.
Es habitual que los nuevos presidentes decoren a su gusto el Salón Oval apenas llegan a la Casa Blanca. En este caso, Trump, un fanático del dorado, eligió ese color para unas cortinas que fueron granate durante el segundo mandato de Obama, tras pasar los primeros cuatro años en beige. El nuevo mandatario también optó por unos sofás tapizados en dorado en reemplazo de los beige que tenía Obama.
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