Cien lugares donde el Islam vive en la Región
Murcia, donde conviven cerca de 100.000 musulmanes, es la quinta comunidad que más mezquitas y centros destinados al culto musulmán reúne en todo el país - Su convivencia con la sociedad murciana "goza de buena salud"
Mustafá sonríe cuando llega a la mezquita, situada en el número 13 de la murciana calle General Martín de la Carrera. Acude al último rezo de la noche, el de las diez. «Trabajando doce horas apenas tengo tiempo», asegura este trabajador marroquí afincado en Murcia desde hace veinte años. «Vengo directamente de trabajar, hago el rezo y me marcho a casa. Todo es trabajo y rezar. ¿Qué más puede haber en la vida?».
Como Mustafá, casi 100.000 personas en la Región son creyentes del Islam. Murcia, de hecho, es la tercera provincia española con mayor número de fieles musulmanes, enumerados en un total de 98.167, según los datos del Observatorio Andalusí en su estudio demográfico de la población musulmana. «Murcia», confiesa Mustafá, «con su trabajo y su clima, me recuerda a Casablanca, la ciudad de donde vengo».
Marruecos es el principal país de origen de la población musulmana que habita en la Región. «Casi el 90% de los musulmanes son marroquíes», detalla el portavoz regional de la Unión de Comunidades Islámicas (UCIDMurcia), Mohamed Reda El Qady. «La mayoría se dedica al campo, a la agricultura. Por eso los marroquíes se encuentran ante una cultura parecida a la que tenían en Marruecos».
Las mezquitas tienen un valor especial para los fieles. «No es lo mismo rezar en casa que hacerlo en un lugar destinado para ello», explica Abderhaim, uno de los responsables de la mezquita murciana Centro Islámico Assalam. «Las oraciones llevadas a cabo en la mezquita son 27 grados más importantes que las realizadas individualmente».
Hay 104 mezquitas en la Región, según los últimos datos recopilados por el Observatorio del Pluralismo Religioso en España. Murcia es la quinta comunidad española que más lugares alberga para el culto musulmán, por detrás de Cataluña (299), Andalucía (225), Valencia (209) y Madrid (126). La capital cuenta con 26 mezquitas repartidas por todo el municipio y Cartagena reúne 18.
Cada mezquita funciona de manera autosuficiente, sin ayudas públicas y financiada por sus socios. Abren todos los días del año y tienen su propia junta directiva, «que suele renovarse cada cuatro años», agrega Abderhaim. Directivos, encargados y los socios conforman las comunidades de las mezquitas. Y estas comunidades, a su vez, están integradas en asociaciones como la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas y la UCID Murcia.
Cada comunidad islámica elige a su imán. «Las mezquitas son soberanas, son ellos los que pagan a sus imanes. La propia comunidad elige a los imanes y ejerce sus condiciones y su control. La mezquita lo selecciona, le pone criterios y está en contacto con él», ilustra el presidente de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas, Mouinir Benjelloun.
Una región «tolerante»
«20 y 25 años de convivencia con la inmigración», señala Mouinir, «han sido suficientes para que se genere un clima de confianza entre la población autóctona murciana y la musulmana. Porque al principio sí hubo problemas por el desconocimiento. Pero hoy en día se ha superado. Hay una tolerancia considerable entre la sociedad murciana y la comunidad musulmana. La convivencia goza de buena salud».
Los casos de islamofobia «han sido aislados», remarca también Mohamed Reda. «Algunos españoles se meten un poco con las mezquitas nuevas que quieren abrir y ponen a la gente en contra. Pero son casos excepcionales. No tienen tanta importancia».
El último caso conocido sucedió en Alhama, donde los vecinos del barrio de Las Filipinas reclamaron al alcalde que no permitiese que la antigua carpintería se convirtiera en un lugar de culto islámico.
«El problema más gordo es que no nos conocemos. Nosotros sabemos más de la religión cristiana que ellos de la religión musulmana. Falta contacto y conocimiento», asevera Reda.
Condena al terrorismo
Nada ha cambiado para la comunidad musulmana en la Región tras los atentados perpetrados en Cataluña. «No ha habido ninguna reacción en contra de nosotros. De hecho, los atentados nos perjudican más a nosotros que a los demás; por eso hemos sido los primeros en salir a protestar», dice Reda, quien insiste en que no notan «ninguna diferencia en el trato» y la situación en la Región «es tranquila y con un clima normal de convivencia».
La Policía Nacional y la Guardia Civil llevan a cabo visitas periódicas a los lugares de culto cada dos meses como máximo para intentar recabar información sobre el movimiento de creyentes. El objetivo es averiguar «si hay fieles que han viajado a lugares como Siria o Iraq», según indicaron fuentes conocedoras a este diario, que aclaran que se trata de un procedimiento policial que se realiza por todo el país, con investigaciones que se efectúan «desde la más estricta confidencialidad».
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