imagen de Castillo de Cañete
El castillo culmina la cúspide de unos ensortijados peñascos, en medio de un paraje de gran belleza .Vasto en sus dimensiones y en su historia. Está asentado a cien metros de altura sobre la población. Su recinto presenta más de doscientos metros de largo.
Su construcción no está bien fechada pues para unos sus orígenes se remontan a la época visigoda y para otros fue una fortaleza islámica con el proyecto de constituir una ciudad militar por lo que podía llegar a ser capaz de sostener un largo asedio dando cobijo a una guarnición numerosa.
Si bien la mayoría de sus vestigios visibles se consideran ligados a la etapa del Califato cordobés, tampoco se descartan la existencia de varios períodos escalonados en rápida sucesión.
En medido de sus ruinas aparecen cuatro recintos ulteriores desde el acceso. La superficie externa estuvo asignada como cobijo para la población . Los aposentos interiores se aprovecharon para uso residencial y almacenamiento.
En determinados puntos los muros llegan hasta los veinte metros de anchura, como resultado de reformas ulteriores. Una de las más importantes se produjo en el siglo XV cuando fue ajustada al uso de la artillería y hubo se construirse con mayor resistencia a los cañones.
La muralla de la población es de procedencia califal, con enmiendas cristianas. La Puerta de las Eras tiene un arco de herradura propio del arte islámico.
En 1390 nació en él el condestable Álvaro de Luna.
En los siglos XIV y XV, bajo la férula de los Hurtado de Mendoza, marqueses de Cañete, se desarrollaron y fortificaron los muros y se perforaron troneras y buzones para artillería y armas de fuego. La fortaleza se mantuvo en pie hasta muy adelantado el siglo VXI. Posteriormente entró en declive y fue en 1874 cuando el ingeniero militar carlista Augusto Von Goeben inició una serie de reformas en donde el castillo perdió altura siendo soterrado y convertido en fuerte artillado.
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