La primera ministra británica anunció la suspensión expresando su preocupación por los musulmanes de Arakán La primera ministra británica, Theresa May, anunció que su país suspendió las relaciones militares con el ejército de Birmania (Myanmar) y las formaciones militares que aseguraban al país.
May se pronunció sobre los sucesos en Birmania en la Asamblea General de la ONU en Nueva York. Indicó que muchas personas tienen que escaparse del país para salvar sus vidas y agregó:
“Aung San Suu Chii (líder de Birmania) y el gobierno birmano debe revelar explícitamente que la operación militar tiene que acabar. Siguió diciendo que la sociedad internacional está preocupada por lo que viven los musulmanes de Arakán:
Como Reino Unido anunciamos que suspendemos todas las relaciones con el ejército birmano en el área de defensa y las formaciones militares que dábamos”. Según una declaración oficial, Reino Unido aseguraba fonaciones de liderazgo, democracia e inglés al ejército birmano en el marco de un presupuesto de 305.000 libras esterlinas.
Desde el 25 de agosto, fecha en la que el ejército birmano empezó a atacar a los civiles de Arakán justificándolo con una lucha contra los militantes armados, miles de musulmanes han perdido la vida. Como la administración de Birmania no permite las entradas y salidas de la zona no es posible determinar exactamente el número de los muertos civiles.
En los ataques se quemaron cerca de 200 pueblos por parte del ejército y los nacionalistas budistas. Todavía decenas de miles de musulmanes de Arakán intentan alejarse de la región para salvar sus vidas. Los civiles pasan a Bangladés atravesando zonas rocosas, el río Naf o el mar.
Desde el 25 de agosto casi 421.000 musulmanes rohingya han llegado a Bangladés.
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