Científicos estadounidenses han descubierto por primera vez en nuestra galaxia un planeta del tamaño de la Tierra que podría albergar vida.
Un nuevo planeta que podría contener alguna forma de vida ha sido descubierto por el telescopio Kepler en la constelación de Cygnus, a una distancia de 500 años luz de la Tierra, informa el portal Space.com.
De acuerdo con los astrónomos, este exoplaneta del tamaño de nuestro planeta azul, bautizado Kepler-186f, está en la zona habitable, es decir, la distancia a la que se encuentra respecto de su sol le permite tener en su superficie la temperatura moderada necesaria para la existencia de agua en forma líquida. El resto de planetas que se detectaron en dichas zonas son como mínimo un 40% mayores que la Tierra.
"Su descubrimiento supone un paso significativo en la búsqueda de mundos parecidos a los que existen en la Tierra", dijo el responsable de gestión astrofísica de la NASA Pol Hertz.
Kepler-186f orbita alrededor de una enana roja, una estrella pequeña y fría aproximadamente dos veces más pequeña que el Sol, durante un periodo total de 130 días. Los astrónomos aún no han podido determinar la masa y la composición del planeta, pero suponen que en su superficie predominan las rocas duras. La atmósfera del objeto, de la cual depende su temperatura, también sigue siendo un misterio.
"El hecho de que el planeta se encuentre en el área de habitabilidad no significa necesariamente que albergue vida", explica el autor principal del descubrimiento, el experto del Centro Espacial Ames Thomas Barkley. Según él, Kepler-186f tiene muchas similitudes con nuestro planeta. Sin embargo, no debe considerarse un 'planeta gemelo' de la Tierra, sino más bien un 'planeta primo'.
Otros planetas que orbitan alrededor de la enana roja de Cygnus, por su parte, no están incluidos en el número de posibles candidatos a mantener las condiciones que permitirían vida biológica, ya que la temperatura en sus superficies es demasiado alta.
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