El Centro Cultural Islámico y la Mezquita celebran cada noche el ocaso sin que falte comida
Una gran porción de los inmigrantes del municipio de Fuenlabrada son musulmanes y acercan su cultura a los vecinos. Según cifra el Centro Cultural Islámico, unos 6.000 vecinos de la ciudad profesan esta religión y, por la tanto, en estas fechas se encuentran realizando el ayuno para celebrar el mes sagrado, el Ramadán.
Esta "tradición ancestral tiene varias partes: espiritual, emocional y física", explica el presidente de la asociación, Minoun Anrioui. "Deben ser más rectos, buenos y tener mejores modales que normalmente, saber controlar las tentaciones y, la parte más visible, ayunar desde el alba hasta la puesta de sol", desarrolla el responsable del centro cultural.
EL AYUNO
La parte que más sorprende a los que no son de religión musulmana es la de no comer ni beber mientras que haya luz solar. Ahmid concreta que "desde las 4:30 hasta las 21:45 horas" tiene que ayunar, y "cada día irá bajando un minuto, cuando se produce el ocaso". "La gente que no hace el Ramadán lo respeta y ya lo entiende perfectamente, porque lo conoce gracias a la televisión. Si no tienes un amigo, tienes un primo que conoce a una familia", reconoce Ahmid. "Pero antes no se creían que pudiera estar todo el día sin beber agua y sin comer", añade este dependiente de una tienda del municipio.
Para celebrarlo, la mayoría lo pasa en familia ya que "es muy bonito poner y preparar la mesa para el primer desayuno cuando se va el sol y más en familia", comenta Anrioui. Aunque también hay muchos que pasan alguna noche solos o van al centro cultural y a la mezquita. Abdellatif, que trabaja en un matadero de pollos, lo celebra solo y se va a dormir pronto, pero los fines de semana va a la mezquita.
Los exentos del ramadán
No todos los islámicos tienen prohibido comer o beber. Sólo se les impone el ayuno a los que están sanos. "Las embarazadas, las mujeres que amamantan, enfermos, gente con azúcar... están exentos, aunque si pueden, después lo recuperan", aclara Azzouz, un vecino de Fuenlabrada. Los niños tampoco tienen obligación aunque sus padres enseguida les inculcan la tradición, para que después no les cueste tanto acostumbrarse. "Si eres musulmán haces el Ramadán, si no lo haces, no lo eres", sentencia Azzouz.
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