IBIZA,25.07.2013,diariodeibiza.es,V.T.
El Ayuntamiento asegura que facilitó sa Graduada, el único recinto que tienen disponible este verano
Los musulmanes de Vila cargaron ayer con dureza contra el Ayuntamiento al asegurar que aplica políticas «racistas» contra el colectivo por «razones ideológicas», según aseguró el presidente de la Comunidad Islámica ibicenco-Magrebí, Redouan Elkharrim. El conflicto surge porque, según Elkharrim, el Consistorio no ofrece un local al colectivo con las condiciones suficientes para rezar durante el mes de ramadán y que, en cambio, les ofrecen sa Graduada, una opción que supone «un peligro» para su integridad.
Sin embargo, Vila rechazó estas acusaciones: «Se ofreció [sa Graduada] tras la primera solicitud. Únicamente se tenían [la Comunidad Islámica] que hacer cargo de un seguro, por si sucede alguna desgracia en el interior del recinto, de la misma manera que se hace siempre que la institución cede un local. Sin embargo, fue la Asociación Islámica la que rechazó esta propuesta», aseguró el responsable de prensa de Vila.
Elkharrim indicó que, tras esta primera propuesta, mandaron una nueva solicitud pidiendo un centro más seguro, como Can Cantó: «Hace 20 días nos comunicaron que lo estaban estudiando, pero todavía no hemos recibido ninguna respuesta». La versión del Ayuntamiento también es contraria en este punto. «Tenemos el registro de salida de la solicitud el día 17 de julio. Sa Graduada es la única opción que tenemos porque en el resto de escuelas han aprovechado el verano para hacer reformas de cara al próximo curso», matizaron.
El presidente de la Comunidad Islámica calificó de «mentiras» las respuestas del Consistorio. «Hay un concejal que está jugando con los musulmanes. Tenemos derecho a un centro para rezar todos juntos. Queremos advertir de que van a saltar chispas porque la alcaldesa no está cumpliendo con su deber», sentenció Redouan Elkharrim. «Todo es mentira. Me ofrezco a lo que haga falta para solucionar esta situación», añadió.
El representante de los musulmanes aseguró que, una vez concluya el periodo de ramadán, pretende reunirse con la alcaldesa de Vila, Pilar Marí, y el presidente del Consell, Vicent Serra, y que «si es necesario» acudirá a las instituciones madrileñas. «No hay voluntad política ni nada. Aquí todos pasan de los musulmanes y preferirían que no existiéramos. La mala suerte es que siempre lo hemos hecho y estaremos aquí toda la vida», sentenció. Esta temporada, el colectivo ha utilizado las mezquitas de ses Figueretes y la calle Navarra para rezar ante la falta de un lugar en el que hacerlo todos en común.
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