Fieles musulmanes realizan el rezo de la tarde en la mezquita de La Unión, ayer.
Durante el mes sagrado, las mezquitas se convierten en comedores sociales para que los fieles acudan a romper el ayuno · La asistencia a estos templos de culto se dispara debido al alto número de desempleados
Asoma la luna, porque es finales de Sha'ban, el octavo mes del calendario lunar islámico y comienza mañana otro año más el Ramadán; un mes lleno de significado espiritual y social para la comunidad islámica mundial, pero también para las 38.499 personas que profesan la religión musulmana en toda la provincia de Málaga.
El ayuno o Sawm es el cuarto pilar del islam y una de las características de está religión más conocidas entre los no musulmanes. La palabra Ramadán designa, fuera de la lengua árabe, más el propio ayuno que el mes. El ayuno se recomienda durante otros momentos del año, pero en este mes del calendario islámico, es obligatorio para todo el que pueda realizarlo. Se efectúa durante todos los días del mes desde la salida hasta la puesta de sol.
Mañana viernes día 20 de julio, numerosas familias malagueñas se preparan para vivir un mes, donde la compasión, la amabilidad y la fe los acompañan. "Es un mes que adquiere un significado de devoción, de amor a Alah y, que además representa un acto de solidaridad hacia los que pasan por necesidades adversas", explica el presidente de la Asociación Al-Ándalus de Málaga, Félix Ángel Herrero.
Los ayunos de Ramadán, por tanto, no sólo implican privarse de alimento y bebida durante varias horas, sino que también tienen como objetivo la consecución de la conciencia y la solidaridad social: "No solo se nos pide que tengamos una empatía con el pobre y el hambriento, sino que también somos arrojados en la experiencia del hambre. Nos requiere, además, reflexionar sobre la auténtica naturaleza de esta sociedad".
Durante este mes, las mezquitas ubicadas en la ciudad, ofrecen sus comedores sociales para que los residentes de la capital malagueña puedan disfrutar de una comida tradicional después del día de abstención: "Unas 100 personas acuden todos los días a nuestros comedores para romper el ayuno y disfrutar de la comida en comunidad. La mayoría de los asistentes suelen ser hombres que viven solos, con una edad comprendida entre 20 y 40 años". Félix Herrero comenta, además, que con la crisis económica, se aprecia un mayor número de fieles que acuden cada día a los templos religiosos en busca de alimentos para poner fin el día de ayuno.
El Ramadán se sitúa de pleno en julio, lo que implica añadir al sacrificio los rigores del extremo calor y la mayor prolongación de la jornada diurna, durante la cual la práctica del ayuno es preceptiva para los creyentes islámicos a lo largo del octavo mes del calendario islámico. Por lo que muchos practicantes se preparan para afrontar este mes de devoción con paciencia, como el caso de Rachida Mharmel, que asegura que será más duro en esta época porque el cuerpo pide más liquido, por ello, "intentamos pasar más rato en casa para estar menos expuestos al sol, y hacerlo más llevadero".
Rachida Mharmel, natural de Marruecos, lleva más de 10 años en Málaga y explica que la situación de este año es más compleja porque, debido a la crisis, no puede viajar a su país para pasar la festividad con sus allegados por "falta de dinero". "Mucha gente está en la misma situación que mi familia. Ahora no trabajamos ni mi marido ni yo, por lo que nos vemos obligados a pasar este mes en nuestras casas, y es una pena porque el Ramadán no se vive de la misma manera aquí ".
La difícil situación económica que atraviesan los residentes musulmanes en Málaga obliga a que muchas personas no retornen a su país de origen para celebrar esta festividad, que representa para muchos fieles, como el caso de Rachida, algo "esencial para vivirlo con más intensidad".
Alrededor de 38.000 residentes en Málaga profesan la religión islámica, según el Estudio Demográfico de la Población Musulmana en España, que realiza todos los años el Observatorio Andalusí. De esas personas, el colectivo marroquí es el mayoritario en Málaga, seguido de Argelia y otras nacionalidades de África Subsahariana como Senegal, Ghana o Nigeria.
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