Granada se convierte en un espacio de convivencia.
La explanada del Palacio de Congresos se convierte en un lugar para la tolerancia entre culturas durante la celebración del Iftar, el acto con el que se pone fin a un mes de ayuno en el Ramadán
La explanada del Palacio de Congresos se convirtió ayer en un espacio para la convivencia entre las culturas y las religiones con la celebración de la ruptura del ayuno del Ramadán, lo que se conoce como el Iftar. El acto se desarrolló bajo un ambiente de convivencia y apertura, con el objetivo de que se acercaran todos los granadinos -musulmanes o no- interesados en acercarse a esta fiesta.
La comunidad musulmana decidió cambiar este año la ubicación para esquivar la polémica levantada por algunos grupos de cristianos el año pasado, cuando el Iftar se realizó en los Jardines del Triunfo. De esta manera, la ruptura del ayuno se celebró esta vez en un sitio como la explanada del Palacio de Congresos, una ubicación carente de cualquier insignia religiosa o de otro significado.
Esta tradición es un pilar del Islam, un símbolo de "ciudadanos comprometidos con la convivencia respetuosa en esta querida ciudad, es una religión que acepta la diversidad", en palabras del imán de la Mezquita Mayor, Sheij Ahmed Bermejo. Por tanto, este año el objetivo ha sido dar pasos para el acercamiento a diferentes culturas y hacer 'desaparecer los miedos' para abrazar lo que hay en común por encima de las diferencias.
El evento contó con carpas informativas donde los ciudadanos pudieron acceder a información sobre el Ramadán y el Islam. Además, se realizaron diferentes talleres para niños donde se realizarán manualidades, colorearán fichas sobre el Ramadán y se expresaron en un mural a través de sus dibujos y mensajes la diversidad. Por otra parte, se realizaron talleres de tatuaje de henna, una hierba natural que permite hacer diseños temporales en la piel, y carteles especializados con el nombre de las personas escrito en árabe.
En torno a las diez de la noche, con la puesta de sol, se rompió oficialmente el ayuno tras un mes de Ramadán. Momento a partir del cual los asistentes al Iftar pudieron disfrutar de una deliciosa sopa típica. Aunque la tradición señala que el primer alimento que se suele consumir al romper el ayuno es un dátil.
Según la tradición islámica, el Ramadán rememora el mes en el que el profeta Mahoma empezó a recibir la revelación del libro sagrado, el Corán. Se celebra cada año en el noveno mes del calendario musulmán, cuando se practica el ayuno diario desde el alba hasta que se pone el sol.
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