Foto: Quino /Mauro Mancebo
Las explanadas de Loma Margarita y Sidi Embarek acogieron las oraciones colectivas por la Pascua del Cordero.
Los fieles enviaron mensajes de felicitación, convivencia y, además, Maateis tendió la mano a las autoridades en la lucha contra los focos de radicalismo.
Los musulmanes celebran durante tres días la Pascua del Sacrificio o Eid al Adha. Esta conmemoración consagrada a la devoción de Ibrahim y la misericordia de dios comenzó ayer a primera hora con los rezos colectivos al aire libre además de en las mezquitas que abrieron sus puertas a los fieles en distintos puntos de la ciudad.
Como cada año, fueron dos las musal-la que se desarrollaron de forma casi simultánea: una en la explanada junto a la mezquita Sidi Embarek y otra en la parcela de Loma Margarita. En la primera, la ceremonia estuvo oficiada por el imam Mohamed Zaqlul y, en la segunda, por el religioso Mohamed Cherif El Harrak, del templo An Noor, en avenida de Lisboa.
La menor afluencia de fieles respecto al salat por el final de Ramadán se debió al puente festivo ya que son muchos los musulmanes que aprovecharon pasar celebrarlo fuera de la ciudad, normalmente con la familia en Marruecos.
Al término, Laarbi Maateis, presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta (UCIDCE) y vicepresidente de la UCIDE nacional, reprodujo las palabras de Cherif El Harrak. Este imam fue el primero en dirigir la musal-la después de que este precepto religioso fuese recuperado gracias a las gestiones de la UCIDCE con la Ciudad Autónoma en 2008, “tras 592 años sin celebrarse en Ceuta, es decir, desde 1415”, como apostilló Maateis al ser consultado por la identidad del clérigo.
En alusión a los recientes atentados de Cataluña y la condena unánime ante la barbarie de la que fue pionera su comunidad, Maateis consideró que la musal-la de Loma Margarita fue “el mejor sitio para volver a declararlo, mejor que incluso la plaza de los Reyes, porque aquí es donde estamos nosotros unidos celebrando un día de rezo y para elevar la voz de los musulmanes en contra de esos hechos”.
La UCIDCE, a preguntas de este periódico, negó que la caída de la concurrencia se debiese a la ausencia de la Federación entre los organizadores de la concentración de la plaza de los Reyes. Por sus cálculos, el número de participantes ayer fue igual o superior al de la Fiesta del Sacrificio de 2016, y razonó que el hecho de que todos los vecinos de los aledaños de la Delegación del Gobierno no acudiesen a la cita tampoco significó que rechazasen manifestarse contra el terrorismo. Maateis señaló que la Federación usará su “capacidad de convocatoria” cuando la estime “pertinente” y se preguntó “cómo es posible que no reuniesen a más de 300 personas” con entidades al frente como Al Umma, Luna Blanca o Al Idrissi e incluso algún partido político.
La CIE, de la cual este portavoz es secretario adjunto, está trabajando para contar con un censo nacional de imames, aunque no en respuesta a los atentados porque, como estimó Maateis, llevan gestionándolo desde hace dos meses. Su objetivo es “unificar y regularizar” la situación de todas las mezquitas, imames y educadores. En cuanto a la contratación de estos religiosos, el presidente de la UCIDCE aclaró que son “pocas” las entidades religiosas que les exigen las titulaciones a diferencia de lo que ocurre en Ceuta. “Podemos presumir de que un buen número de los que tenemos aquí son licenciados en Ciencias Islámicas, que gozan de la verificación del Ministerio de Asuntos Islámicos de Marruecos y pasan hasta por sus servicios secretos”, detalló Maateis. Cuando reúnen estos requisitos, la UCIDCE pide otra verificación al Ministerio de Justicia y también a aquellos con más de 20 años de contrato. Un listado que su Federación actualiza y se comunica a los distintos servicios de seguridad del Estado español.
Sin embargo, para ejercer un control sobre posibles focos de radicalismo, continuó Maateis, la lucha no puede quedarse solo en manos de las autoridades –ayuntamientos o delegaciones del Gobierno– porque “vamos a perder otros 20 años”. “Tiene que ser también a través de las comunidades musulmanas con competencias, tienen que tener un equipo de trabajo desde su junta directiva hasta su personal con profesionales especializados en diversas materias y mediadores coordinados ante la Policía Local y las instituciones municipales. Pero, para ello, hace falta presupuesto, cosa que el Estado se niega totalmente a apoyar logísticamente a las comunidades”, lamentó Maateis. Este portavoz aseveró que, con el apoyo de las entidades religiosas, ser practicante o usar el hiyab no se confundiría con un proceso de radicalización porque, de ser así, el seguimiento que hagan las administraciones será un “fracaso”.
En su sermón, el imam se centró en que el mensaje del islam es “de fraternidad, amor, convivencia y paz” además de ser una religión que “no diferencia entre toda la humanidad” y es “ajena a todo tipo de fanatización o malinterpretación”. Cherif El Harrak instó a “erradicar” entre todos este “foco de radicalización” trabajando “codo con codo” a través de la “educación, las acciones sociales y de evitar conflictos personas, vecinales y sociales”. Porque, en el fondo, tradujo Maateis, consiste en “saber perdonar, unos a otros, musulmanes y no musulmanes” para “estar a la altura de cualquier conflicto y saber resolverlo”.
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