Soldados israelíes custodian la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén. AFP
El intento de asesinato anoche del líder del movimiento nacionalista religioso "Fieles del Monte del Templo", el rabino Yehuda Glick, a manos de un palestino de Jerusalén Este y el cierre posterior israelí la Explanada de las Mezquitas (acceso prohibido a musulmanes y judíos) durante este jueves ha agravado el enfrentamiento entre el presidente palestino, Abu Mazen y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
A través de su portavoz Nabil Abu Rudeina, Abu Mazen ha advertido que la decisión del Gobierno israelí "es una declaración de guerra contra los palestinos, musulmanes y el mundo árabe".
Según él, "Israel es responsable de esta peligrosa escalada. Los lugares santos son una línea roja que no se puede tocar". Abu Mazen ha pedido a la comunidad internacional que intervenga para "acabar con las agresiones israelíes en Jerusalén". Asimismo, anunció que usarían todos los mecanismos judiciales "para llevar a Israel a los tribunales".
Netanyahu, por su parte, pide al mundo que condene los últimos atentados en Jerusalén que han segado la vida a una bebé y una joven ecuatoriana y herido de gravedad a Glick así como lo que ha definido como "incitación a la violencia de Abu Mazen".
"Dije hace unos días que estamos ante una ola de incitación al odio y violencia por parte de dirigentes islamistas radicales y también del presidente de la Autoridad Palestina Abu Mazen que dijo que había que evitar por todos los medios posible la ascensión de judíos al Monte del Templo (Explanada de las Mezquitas)", ha declarado Netanyahu al término de una reunión de urgencia con el ministro de Seguridad Interna, Yitzhak Aharonovich y la cúpula de la policía y los servicios secretos internos.
"La comunidad internacional debe cesar su hipocresía y actuar contra los incitadores que son los que intentan alterar el status quo en los lugares santos", señaló Netanyahu que felicitó a la policía por localizar y abatir a Mutaz Higazi (32) autor del atentado contra Glick. "Primero hay que reducir las llamas. Nadie puede tomarse la ley por sus manos", concluyó Netanyahu ante la creciente inestabilidad de la ciudad santa.
Mientras continúa el lanzamiento de piedras y cócteles molotov en algunos puntos de Jerusalén Este, miles de policías protagonizan hoy uno de los mayores despliegues de seguridad que recuerda la ciudad en los últimos años. En el barrio palestino de Abu Tor, mientras, la familia de Higazi apoya su ataque contra uno de los hombres más identificados con el rezo judío en la Explanada de las Mezquitas o Monte del Templo.
Si Glick muere -sigue en estado crítico- las llamas pueden elevarse en las calles de Jerusalén. Días de ebullición, inestabilidad, acusaciones y máxima tensión en la ciudad tres veces santa.
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