Manifestantes musulmanas turcas a favor del uso libre del velo en las universidades. |Efe
Cada vez que Tayyip Erdogan declara que "queremos levantar una generación moderna y religiosa en Turquía", a los defensores del secularismo se les atraganta el desayuno. De igual forma les está costando digerir la última reforma educativa aprobada por los parlamentarios, que ha abierto las puertas de las aulas al velo islámico.
A partir del curso que viene, en las escuelas religiosas conocidas como 'imam hatip', las alumnas podrán cubrirse para manifestar su devoción. Es una de las medidas que parten de la Ley de Educación impulsada el Gobierno.
El Ministerio de Educación estudia implementar la norma con el permiso de llevar velo en las clases optativas de enseñanzas Coránicas impartidas en la escuela pública.
A esta nueva regulación se le suma el fin de la obligatoriedad de lucir uniforme en los centros educativos del Estado. A excepción de minifaldas, escotes, vestidos poco recatados y distintivos políticos, subyugado todo al parecer de la dirección del centro escolar, lo estudiantes podrán rebuscar en su fondo de armario cada mañana.
"Dejemos que compren la ropa que quieran y puedan permitirse para vestir a sus niños. Estas medias que tomamos lo hacemos bajo petición [del pueblo]", se justificó el martes el primer ministro turco durante su visita a España.
A favor
La medida ha sido vista con buenos ojos entre las organizaciones islámicas turcas. "Una regulación así es un avance bienvenido. Pedimos que se tenga la mente más abierta", argumenta Ali Oner, coordinador de Educación en la organización Mazlumder. "Mi hija no quiere quitarse el velo. Es su deseo y su derecho más fundamental", señala Kamer, que decidió llevar a sus pequeños a una escuela 'imam hatip'.
Mazlumder convocó este mediodía una protesta frente a la sede del ministerio de Educación en Estambul. Exigieron ampliar el uso del velo islámico a todas las facetas de la vida pública turca. Cincuenta personas se unieron a la concentración: "Las profesoras aún no pueden llevar velo, las doctoras no pueden ejercer su profesión con él y aún no tenemos abogadas que puedan ir al tribunal cubiertas", añade Oner.
Elección
"Tanto ceder ante el discurso de las libertades religiosas que las de los secularistas se acotan cada vez más", protesta Selçuk, periodista. "Las familias partidarias del velo en las aulas no llevan a sus hijos a colegios públicos, buscan otros con un ideario islámico. Luego no deberían opinar sobre enseñanza pública", añade este redactor de izquierdas.
Pero el velo no saldrá por ahora de las 'imam hatip', que nacieron como centros de formación teológica. El Gobierno militar hijo del golpe de Estado de 1980 las reconvirtió en escuelas concertadas. Tras aprobarse la nueva Ley Educativa, los niños pueden acudir a ellos con ocho años, en vez de con 12 como hasta ahora.
A esta ley se la conoce popularmente como "4+4+4". Su denominación se debe a la duración, en años, de cada uno de sus ciclos. Al finalizar la etapa inicial los alumnos no podrán sólo acceder a las 'imam hatip'. También a otras formas de educación no formal y vocacional.
Las críticas más furibundas de los secularistas apuntan a la posibilidad de sumergir así a los niños en una educación religiosa a una edad temprana. Otros expertos advierten de que, aprovechando las nuevas opciones educativas, algunos padres podrían apartar a sus hijos de la enseñanza. Preocupa especialmente en las zonas más pobres del país.
Las principales facultades de educación de Turquía, adscritas a las universidades de Sabanci, Bogazici, Middle East y Koc, emitieron a principios de año comunicados describiendo la reforma educativa del Gobierno como "concebida de forma precipitada", "retrógrada" y "ajena a la realidad".
Secularismo
Ya durante la génesis de la "4+4+4", aprobada a finales de marzo, se levantó polvareda. Ningún órgano consultivo fue solicitado para aportar sus consideraciones. La apuesta de Erdogan fue vista por sus detractores como un pisoteo a uno de los seis principios de la República de Turquía que declaró Mustafa Kemal, 'Ataturk', en 1923: el secularismo.
El fundador del país anuló el califato otomano y se reconoció anti clerical. Borró de la primera Constitución turca la frase "la religión de Turquía es el islam" en 1937. Sus ideas inspiraron la prohibición de acceder a la universidad o a puestos de funcionariado con la cabeza cubierta.
A lo largo de los años el pulso entre secularistas y religiosos ha provocado incendios por doquier. Incluso la intervención golpista del ejército, quienes se consideran garantes del secularismo en Turquía. Precisamente ha sido este estamento uno de los más debilitados por la persecución del primer ministro a través de la judicatura.
Desde el año 2010, y tras la presión ejercida por Erdogan y su Partido por la Justicia y el Desarrollo (AKP), el velo islámico es aceptado informalmente en el campus. Hasta la fecha, era corriente entre las devotas usar pelucas para cubrir bajo los pelos artificiales sus convicciones religiosas.
"El secularismo es un cemento que nos mantiene a todos unidos. Si empiezas a usar la religión como un arma política esta llevará, irremediablemente a la marginalización de los miembros de otros credos", explica a ELMUNDO.es Kemal Kiliçdaroglu, líder del Partido Republicano del Pueblo (CHP), heredero del ideario 'kemalista' de Ataturk.
El principal opositor a Erdogan se refiere a la hegemonía del islam suní, practicado por cerca de 60 millones de personas en Turquía. Alevíes, cuya fe tiene se enraíza entre el islam chií y los cultos preislámicos, cristianos, judíos, yezidíes, zoroastrianos y otras minorías religiosas denuncian constantemente sentirse infravalorados por el Gobierno.
Una de las voces más indignadas es la del patriarca de Constantinopla, Bartolomeo I. El seminario de Halki, en la isla estambulita de Helbeliada, fue clausurado hace 41 años. El recelo gubernamental hacia la educación religiosa greco ortodoxa es, asegura, un freno para su ansiada reapertura. Bartolomeo I clama: "¿Por qué dejan a la política interferir en estos asuntos?".
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