El rechazo al cambio urbanístico que impediría instalar mezquitas en el centro genera alivio entre la comunidad musulmana
El colectivo musulmán de Basauri seguirá solicitando la instalación de una mezquita. Después de que el pleno del Ayuntamiento desestimase el jueves la propuesta del ejecutivo local para prohibir la instalación de centros de culto en edificios residenciales, el colectivo que promueve la que muy probablemente será la primera mezquita de la localidad ha anunciado que su proyecto sigue en pie.
Y es que los trámites han permanecido cinco meses paralizados, según denuncian. En julio, la comunidad preguntó en el Consistorio por la posibilidad de instalar una mequita en la calle Zuia Ibarra, en Pozokoetxe, pero el Ayuntamiento inició una modificación en las normas urbanísticas que dejó en suspenso la tramitación. Ahora, empezarán a trabajar para convertir la lonja que en el pasado albergó un gimnasio en un centro de culto .
Sus promotores creen que los fieles que reunirá el centro rondarán la treintena, aunque la comunidad musulmana en Basauri está formada por alrededor de 200 personas. Actualmente muchas tienen que acudir a Bilbao para rezar, mientras que otras se reúnen en pisos para orar. Según Mhamed Kasmi, representante de la Federación Islámica del País vasco, «la sociedad en general ganará con la apertura de la mezquita, porque mejorará sus valores». Por ello llevarán a cabo una «asamblea» con la comunidad musulmana de la localidad para discutir sobre la futura apertura.
«Solo hallamos obstáculos»
Kasmi se mostró satisfecho con que el pleno rechazase la modificación que pretendía realizar el gobierno local y que alejaría al extrarradio los centros de culto. Aunque PNV votó a favor y Bildu en contra, la abstención del PSE y del PP sirvió para que la medida no saliese adelante, puesto que requería de mayoría absoluta.
Kasmi cree que era «discriminatoria. Se habla de igualdad y de participación, pero cuando vamos y planteamos que queremos abrir una mezquita sólo nos encontramos con obstáculos», explicó. «Hicimos una consulta sobre el local, pero no teníamos porque haberlo hecho, solicitamos una reunión con el alcalde y tampoco nos recibió», añadió. El 5 de julio pidieron información sobre la posibilidad de instalar un equipamiento de tipo cultural-religioso en un local comercial.
El 27 de julio el equipo de gobierno informó de que el Ayuntamiento había iniciado una modificación de un artículo de las normas subsidiaras que impediría a partir de entonces la instalación de este tipo de centros en edificios residenciales. Limitaba su creación al extrarradio, a polígonos industriales o comerciales. El alcalde, Andoni Busquet, aseguró entonces que pretendían «salvaguardar el interés general de la comunidad y promover la convivencia social».
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