Millones de personas celebraron hoy en Indonesia, el país con el mayor número de musulmanes del mundo, y en otros países del Sudeste Asiático el final del Ramadán, el periodo islámico del ayuno y la meditación.
Las principales autoridades de Brunei, Indonesia y Malasia, naciones donde esta jornada ha sido declarada festiva, se unieron a las celebraciones que comenzaron con una ceremonia matinal.
El presidente indonesio, Joko Widodo, acompañado de su esposa, Iriana, recitó el Eid al-Fitr en la gran mezquita de Istiqlal, en una ceremonia a la también asistió el vicepresidente del país, Jusuf Kalla, y su mujer, Mufidah.
Tras la ceremonia, Widodo se desplazó al palacio presidencial para seguir la tradición y oficiar la apertura al público del lugar de 09.00 a 11.00 hora local (02.00 a 04.00 GMT).
Esta es la primera vez que el presidente indonesio celebra el final del Ramadán en la capital desde que fue investido, en 2014, los años anteriores prefirió festejar la ocasión en distintas provincias.
El 87 por ciento de los 260 millones de personas que habitan en Indonesia profesa el islam, cantidad que les convierte en la comunidad musulmana más numerosa del mundo.
En Malasia, donde los musulmanes representan alrededor del 60 por ciento de los casi 30 millones de habitantes, el rey Mohamed V presidió los oficios que se organizaron ante 17.000 fieles en la moderna Mezquita del Territorio Federal.
El primer ministro de Malasia, Najib Razak, y otras autoridades políticas y religiosas del país asistieron a la ceremonia en esta mezquita que se inauguró en el año 2000. Como en Indonesia o en Brunei, la residencia oficial del primer ministro y otros edificios simbólicos se abrieron al público durante varias horas en esta jornada.
En Filipinas, país mayoritariamente católico y donde la comunidad musulmana alcanza cerca del 11 por ciento de los cien millones de habitantes, el Ejército declaró un alto el fuego de 8 horas en la ciudad de Marawi, ocupada parcialmente por yihadistas afines al Estado Islámico (EI), para que los musulmanes de allí pudiesen celebrar esta fiesta religiosa.
El Ramadán cae el noveno mes del calendario islámico, que es lunar, y es un tiempo para el ayuno, la familia y el recogimiento, en el que los creyentes se abstienen de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales desde el alba hasta la puesta del sol.
El carácter sagrado se debe a que fue en este periodo de tiempo cuando, según la tradición, el profeta Mahoma recibió la revelación del Corán.
Al ser uno de los cinco pilares del islam -junto a la oración cinco veces al día, la profesión de fe, la limosna y la peregrinación a La Meca una vez en la vida-, el Ramadán debe ser observado por todo musulmán excepto las mujeres embarazadas, los enfermos, los niños y los viajeros.
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