Manifestación en la Asamblea de la República para protestar contra la despenalización de la eutanasia y la muerte asistida en Lisboa. TIAGO PETINGA / EFE
Todas las autoridades religiosas en Portugal desaprueban legalizar la muerte asistida.
Noticia bomba: todos unidos contra algo. Lo han logrado los líderes religiosos de Portugal. Judíos, musulmanes, católicos, hindúes, budistas... han firmado juntos para mostrar su oposición a la legalización de la eutanasia. El día 29, el Parlamento portugués vota la despenalización de la muerte asistida.
La declaración que ha conseguido el consenso ecuménico señala que “el sufrimiento del fin de la vida es, para cada persona, un desafío espiritual y, para la sociedad, un desafío ético”. Los firmantes piden al Estado más cuidados paliativos. “Asumimos que todo el sufrimiento evitable debe ser evitado y, por eso, estamos contentos porque el desarrollo de las ciencias médicas y farmacológicas ha alcanzado tal nivel de desarrollo que permite el eficaz alivio del dolor y la promoción del bienestar”. Esos cuidados paliativos no llegan al 80% de las personas que los necesitan.
La firma conjunta de los representantes religiosos es un caso único en Europa. Todos ellos están de acuerdo en afirmar que la vida humana es inviolable hasta la muerte y están en contra de la “muerte asistida en cualquiera de sus formas, sea el suicidio asistido, sea la eutanasia”. Los líderes religiosos dan la vuelta al argumento de los proeutanasia al razonar que el deseo de morir es por vivir en condiciones intolerables y que eso es lo que hay que combatir. “Nace de una sociedad que abandona, deshumaniza, que se torna indiferente. Nos confirma esta convicción la experiencia de que quien se siente acompañado no se desespera ante la muerte y no pide morir. Lo que pedimos es que nos comprometamos más profundamente con los que viven esta etapa, asumiendo la exigencia de ofrecerles la posibilidad de una muerte humanamente acompañada”.
La aprobación no es segura, ni mucho menos, ya que la mayoría de izquierdas presenta grietas por el lado comunista y socialista, aunque también es verdad que algún miembro del centrista PSD votará a favor. Se desconoce el número de fugas a uno y a otro lado.
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