Roma, 01 ABR 2018,elpais.com,LORENA PACHO
El papa Francisco imparte la bendición urbe et orbe en Roma este domingo. FRANCO ORIGLIA (GETTY) / EFE
Tras las muertes de Gaza, Francisco reclama paz en Tierra Santa, "golpeada por los conflictos abiertos que no respetan a los indefensos"
En su mensaje antes de impartir la bendición Urbi et Orbi —a la ciudad y al mundo— el Papa Francisco suele agitar conciencias repasando los conflictos que afligen a la humanidad y denunciando la violencia y las injusticias en diferentes partes del planeta. Este domingo, en el que los cristianos celebran la resurrección de Jesucristo, el Pontífice condenó particularmente la situación que se vive en “la amada y martirizada Siria”, arrasada por una guerra civil que comenzó en 2011 y pidió que “se ponga fin inmediatamente al exterminio que se está llevando a cabo, se respete el derecho humanitario y se proceda a facilitar el acceso a las ayudas” y que se garanticen las condiciones necesarias para el regreso de los refugiados. La situación en el país es especialmente crítica, sobre todo en Guta Oriental, donde las últimas semanas han muerto al menos 1.600 civiles bajo los bombardeos y que permanece bajo un duro asedio del régimen de Damasco desde hace cinco años.
Mirando a una Plaza de San Pedro reconvertida en un jardín colorido, adornado con flores procedentes de Holanda, como es tradición para este día desde 1985, el Papa también llamó la atención sobre la situación crítica en "Tierra Santa", “golpeada por conflictos abiertos que no respetan a los inocentes”. Y pidió “frutos de reconciliación” después de una Semana Santa sangrienta en Gaza. El pasado viernes murieron en la franja 17 jóvenes y 1.400 civiles resultaron heridos durante el inicio de las protestas de la llamada Gran Marcha del Retorno, convocada durante 45 días en los territorios ocupados para reivincidar el derecho a volver de todos los refugiados.
Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, el Papa también recordó la situación que se vive en la península coreana y pidió “diálogo”, para conseguir “armonía y pacificación”. Además reclamó responsabilidad a los líderes políticos que en estos tiempos juegan una partida importante en la zona. “Que los que tienen responsabilidades directas actúen con sabiduría y discernimiento para promover el bien del pueblo coreano y construir relaciones de confianza en el seno de la comunidad internacional”, dijo.
El Vaticano sigue con atención los acontecimientos que se producen en la península de Corea, un escenario estratégico para la comunidad internacional y que se ha convertido en un tablero diplomático crucial, especialmente estos días. Después de la reunión la semana pasada entre el presidente norcoreano Kim Jong-un y el presidente chino Xi Jinping se avecinan encuentros clave entre Corea del Norte y Estados Unidos y entre las dos Coreas. Tras años de deterioro de las relaciones en febrero se produjo un acercamiento durante los juegos olímpicos de invierno de febrero en de Pyonyang (Corea del Sur). Esa ocasión fue la primera vez que una delegación de El Vaticano participó en la ceremonia de inauguración, con el estatuto de observador. El Papa también se congratuló entonces por el acercamiento entre los dos países. “La tregua olímpica de este año asume una importancia especial: la delegación de dos Coreas va a desfilar bajo una única bandera y va a competir como un único equipo”.
Francisco pidió también “sabiduría” para todos los que sustentan responsabilidades políticas, “para que respeten siempre la dignidad humana, se esfuercen con dedicación al servicio del bien común y garanticen el desarrollo y la seguridad a los propios ciudadanos”.
El Pontífice también reclamó “frutos de consolación” para el pueblo Venezolano “que vive en tierra extranjera en su propio país” y rezó para que “encuentre la vía justa, pacífica y humana para salir cuanto antes de la crisis política y humanitaria que lo oprime”. También recordó a los venezolanos que “están obligados a abandonar su patria” y pidió que no les falte “acogida y asistencia”.
Citó el mensaje que la Conferencia episcopal venezolana publicó recientemente para denunciar la crisis generalizada que vive el país y en el que también reprobaban “la pretensión de implantar un sistema totalitario, injusto, ineficiente, manipulador, donde el juego de mantenerse en el poder a costa del sufrimiento del pueblo, es la consigna”, en vista de las próximas elecciones del próximo 20 de mayo.
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