Las copias de la supernova Refsdal en el cúmulo de galaxias MACS J1149.6+2223, el 11 de noviembre de 2014.NASA/ESA/STScI/UCLA
Conocida como Icarus, o MACS J1149 LS1, se ubica a unos 9.000 millones de años luz de la Tierra.
Un equipo de astrónomos presentó en la revista Nature Astronomy los resultados de su estudio de la estrella más lejana jamás descubierta. Fue localizada en abril de 2016 detrás del cúmulo de galaxias MACS J1149.6+2223, gracias a las imágenes del telescopio Hubble.
El efecto de lente gravitacional, que permite utilizar los grandes cúmulos de galaxias como 'lentes' naturales para agrandar la imagen de los cuerpos celestes que puedan estar detrás, hizo posible que la luz procedente de la estrella, denominada MACS J1149 LS1 y apodada Icarus, fuese magnificada 2.000 veces.
Se estima que Icarus se formó alrededor de 4.400 millones de años después del inicio del universo tras el Big Bang –momento en que nuestro universo tenía cerca de un tercio de su edad actual– y que se encuentra a unos 9.000 millones de años luz de la Tierra.
El cúmulo de galaxias MACS J1149+2223, que sirvió de 'lupa', se sitúa a unos 5.000 millones de años luz de nuestro planeta.
Con las imágenes provistas por el Hubble, donde aparece la distante estrella, los científicos originalmente pretendían detectar y seguir la última aparición de la explosión de la supernova Refsdal. Y no sólo la hallaron, sino también a Icarus.
El descubrimiento de Icarus representa una nueva forma de estudiar las estrellas individuales en las galaxias lejanas y su evolución.
"Al igual que la explosión de la supernova Refsdal, la luz de esta estrella lejana fue magnificada y se hizo visible para Hubble", comentó uno de los autores principales del estudio, Patrick Kelly, de la Universidad de Minnesota (EE.UU.). "Esta estrella está como mínimo 100 veces más lejos que la siguiente estrella individual que hayamos podido estudiar, salvo las explosiones de supernovas", agregó.
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