Barcelona,19-08-2017,elmundo.es,AMADOR GUALLAR
Una mujer sentada frente a la mezquita de Tariq Bin Ziyad, a 500 metros del atentado en Barcelona. AMADOR GUALLAR / HANS LUCAS
El centro religioso, a escasos metros del lugar del atentado
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«Esta ciudad también es mi casa. La masacre de ayer nos afecta a todos y, aunque ahora todo está más tranquilo, seguimos teniendo miedo», explicó Feroz Ahmed, uno de los muchos fieles que acudieron el viernes a la mezquita de Tariq Bin Ziyad, una de las más grandes de Barcelona y situada en el barrio de El Raval, a escasos metros del lugar del atentado llevado a cabo por el Estado Islámico en La Rambla.«No tengo miedo a que la gente diga que todos los musulmanes somos terroristas, la ciudad se ha volcado con las víctimas y nosotros también. La ciudad entiende que eso no es así.
A mí me da más miedo que esto vuelva a ocurrir como en París o Londres. Necesitamos más seguridad», aclaró Ahmed que, hace cinco años, se estableció en Barcelona desde Bangladesh para regentar una tienda de comestibles cerca de La Rambla. Por ello, se mostró muy preocupado por «el impacto económico» que el ataque tendrá sobre el turismo.«En todas las religiones hay gente sin moral, fanáticos, eso sí que da miedo», añadió dejando claro que durante todo el día la mezquita ha estado abierta, recibiendo a los fieles para celebrar la oración del viernes y sin ningún incidente, compartiendo el duelo y rezando por las víctimas del atentado, entre las que hay varios musulmanes. Pero no todos en el centro religioso se mostraron tan convencidos como Ahmed.«Hoy la gente se ha levantado triste, en estado de choque, sin creer que lo que pasó cerca de aquí es verdad. Pero lo es. Y nos puede pasar a todos, mi familia vive en esta calle y cada día cruza La Rambla. Nos podía haber pasado a todos», repitió Nabil Sahe, un tendero de origen magrebí que lleva años acudiendo a la mezquita.
'Han manchado el Islam'
«He venido a rezar por las víctimas. El centro ha estado lleno todo el día porque hoy es el día de la oración y porque ayer esos asesinos mancharon el nombre del islam. Sólo Dios puede dar y quitar la vida», añadió llevándose las manos a la cara en frente del centro religioso, situado en la calle Hospital, en un local comercial con un gran letrero y sin el tradicional minarete para llamar a la oración.«No son musulmanes sino locos a los que les han lavado el cerebro», dijo Nabil, tajante y convencido de que «la gente que ha llevado a cabo este ataque lo ha hecho por dinero.
No tienen corazón». «Han matado a niños pequeños. Nos puede pasar a todos», repitió. «Una buena amiga mía estaba allí cuando el kamikaze bajó a toda pastilla por La Rambla y le destrozó un brazo, ¡y es musulmana!», exclamó, haciendo hincapié en que «el Corán prohíbe el asesinato de inocentes».
Musulmanes en la oración, ayer, en la mezquita | AMADOR GUALLAR / HANS LUCAS
Como ese humilde tendero, son muchos los musulmanes del El Raval que rezan en esa mezquita y a los que el ataque del IS les hace tener miedo a la estigmatización, por lo que gran parte de los que acudieron ayer no querían ser fotografiados.
En 2008 se produjeron varias detenciones relacionadas con el extremismo islámico en el centro, hecho que hace que muchos fieles todavía tengan miedo a ser «acusados sin pruebas o falsamente», según comentó uno de ellos. Sin embargo, la mayoría de los que ayer acudieron a rezar insistían en que los terroristas no representan a su religión. «Puede ser que haya gente local que crea que los musulmanes son todos terroristas, pero eso sería vivir en la misma paranoia en la que viven los que han atacado», concluyó Nabil.
El tendero no es el único que hace hincapié en esa cuestión. «No son musulmanes» es la descripción mayoritaria de los fieles consultados por este diario. Mohin, un joven de origen bangladeshí y presente en la mezquita, se mostró temeroso porque quizás «la gente no entienda que nosotros no tenemos nada que ver con esos cobardes que han matado a tantos inocentes». La presencia musulmana en el barrio de El Raval se remonta a muchos siglos atrás y no terminará tras un acto orquestado por fanáticos. Los seguidores del Profeta Mohammad han convivido sin incidentes en ese barrio viejo de la ciudad durante decenios, y son parte integrante del ejemplo de lo que es la multiculturalidad. No en vano en el barrio se practican hasta 13 confesiones religiosas.«El Islam predica y exige respeto hacia todas las religiones y seres humanos.
Desde que llegué hace unos años, para mí Barcelona ha sido un ejemplo de convivencia. Espero que eso no cambie», añadió Mohin que, por otro lado, admitía que ayer la ciudad vivió un día de respeto por las víctimas que es «un ejemplo para el mundo entero».
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