Torrejón de Ardoz,26 JUN 2012,ccaa.elpais.com,Pilar Álvarez
El Ayuntamiento (PP) rechaza un centro de culto al que previamente dio el visto bueno
La recogida de “miles” de firmas de los vecinos le hace echarse atrás
Farid Bahoudi, portavoz de la Comunidad Islámica de Torrejón de Ardoz, ante el emplazamiento de la mezquita polémica. / GORKA LEJARCEGI
Son dos casas pegadas, en mitad de una calle, en el casco histórico del municipio. Llevan años vacías y meses con las fachadas blanca y azul tapiadas para que no entren extraños. Según los planos que han contratado sus nuevos dueños, que las compraron en febrero, en ese solar se construirá la segunda mezquita de Torrejón de Ardoz, con dos plantas, y un minarete de menos de medio metro que “si molesta se puede quitar”, dice Farid Bahoudi, portavoz de la Comunidad Islámica del municipio de 122.589 habitantes. Demasiado tarde. Parece que ya molesta. Los vecinos de la calle del Almendro (las dos casonas viejas ocupan los números 11 y 13) y de las vías colindantes recogen firmas contra la mezquita. Ya las cuentan “por miles”. El equipo de Gobierno del PP, que informó en enero a favor de la construcción, quiere ahora cambiar el terreno y sacarla fuera del casco histórico, a una zona industrial. Y una formación xenófoba ha iniciado una cruzada contra el centro de culto islámico. Han convocado una manifestación el sábado 30 de junio bajo el lema Primero los de casa.
“Esto no es un tema de racismo, es que nos va a volver la vida del revés”. En el quicio de la puerta de su casa, en el número 21 de la misma calle, la vecina Ángeles Delgado hace su alegato. “Somos personas de lo más cívicas, pero no vamos a dejar que aquí haya una mezquita, ni una discoteca ni un pub”. Asegura que la calle es estrecha (a un lado se estrecha efectivamente en una salida curva y al otro desemboca en una avenida). Empezaron a coger firmas por su cuenta, dice, cuando se enteraron “por habladurías” de quiénes eran los nuevos vecinos.
Alzado del proyecto de la mezquita de la Comunidad Islámica de Torrejón.
“No sé si son marroquíes o musulmanes, pero españoles no son”, añade la vecina. Parte de la comunidad proviene de ciudades españolas. Bahoudi, que es ceutí, dice que hay miembros de distintas nacionalidades entre los 200 socios. Y estima que hay unos 7.000 musulmanes en Torrejón.
Protestas vecinales
“Me parece fatal. Esta gente es invasiva, mis hijas los han visto en Internet”. Antonia Piosa, también con la puerta entreabierta, asegura que ha recogido firmas contrarias “del barrio y los alrededores”. Esta otra vecina, de 53 años, reside en el número 15. “No estamos en contra de ellos ni de su religión, la queja sería igual si fuera un restaurante”, asegura. Los vecinos han presentado “más de 2.000 firmas” que han provocado un giro en la actuación del equipo de Gobierno (PP). Los populares presentarán mañana una moción en el pleno de Torrejón para cambiar los terrenos después de haber dado el visto bueno a la Comunidad Islámica.
El pasado enero, la Junta de Gobierno local, formada solo por ediles del equipo de Gobierno, informó “favorablemente” a la consulta urbanística sobre la mezquita, que en los planos aparece con el nombre de An Nur (La Luz). Los interesados preguntaban si se podía construir un centro de culto en el solar sobre el que se levantan las dos casonas. La respuesta fue que la ordenanza del barrio de Loreto —integrado en los “barrios tradicionales”, según especifica el texto— establece que “es compatible el uso religioso en edificio exclusivo, siendo el característico el uso residencial” y añade que se necesitan licencias de obras y de actividad. Tras el informe, los miembros de la comunidad islámica compraron los dos inmuebles.
Anglada se moviliza contra el centro islámico
El camarero del bar a unos metros de la calle del Almendro (donde la Comunidad Islámica de Torrejón ha comprado dos casonas para construir una mezquita) saca el panfleto y se lo da a la visitante. Lleva una mezquita dibujada tras una señal de prohibido. Lo firma José Anglada, presidente de la formación xenófoba Plataforma per Cataluña (PxC). El díptico reclama “primero, los de casa. No a la mezquita en el casco urbano”. Tras aludir a los cinco millones de parados, “una enorme corrupción política” o “una insoportable inmigración ilegal”, añade que la construcción del centro de culto conllevará “mujeres con burka”, “permiso para golpearlas” o “escuelas radicales islámicas”. Un edil de la formación en Vic (Barcelona) fue condenado en 2011 por provocación a la discriminación y al odio con panfletos similares. Anglada fue absuelto por falta de pruebas de que ordenara difundir los pasquines.
Los panfletos, según los vecinos, aparecieron por las calles del casco urbano del municipio, en los coches y en los bares de los alrededores. Ellos se desmarcan del texto y de la convocatoria de concentración el próximo sábado. La solicitó el propio Anglada, según un portavoz de la Delegación de Gobierno, que asegura que se ha cursado la petición y que podrán celebrarla en la plaza del Museo en lugar de en la plaza Mayor como habían solicitado. El Ayuntamiento, que lleva al pleno de mañana una moción para intentar sacar la mezquita del centro del pueblo, ha presentado también una declaración institucional “contra el racismo y la xenofobia” que firman los tres partidos del Consistorio (PP, PSOE e IU). Guillermo Fouce, portavoz de los socialistas, explica que su grupo impulsó la declaración y que teme que “los vecinos menos razonables” estén “manipulando y promoviendo un movimiento racista y xenófobo en el pueblo, que es lo que hay detrás de la convocatoria de Anglada”. Los concejales manifiestan en el escrito su “malestar y profundo rechazo a cualquier acto de racismo, xenofobia o rechazo al diferente” como la convocatoria de la concentración de PxC, que también se hacen llamar en el panfleto Plataforma por la Libertad. El texto añade que Torrejón “es una ciudad incluyente, integradora” y que los actos previstos por Anglada “no pretenden otra cosa que romper el clima de convivencia ciudadana”. Los grupos políticos hacen un “llamamiento público” a los vecinos “a favor del respeto a la diversidad y el rechazo explícito a este tipo de manifestaciones”.
Farid Bahoudi asegura que pagaron 440.000 euros por las viviendas y que el proyecto costará “más de un millón de euros donados por empresarios musulmanes de Madrid” y socios del centro de culto de Torrejón, ubicado ahora en la calle de Manuel Sandoval, a menos de un kilómetro y medio de distancia, en un bajo con poca luz situado también en una zona residencial. Otras mezquitas como la de la M-30, han sido financiadas con dinero saudí.
Los responsables del centro islámico de Torrejón iniciaron los trámites y están a la espera del permiso para derribar, explica Bahoudi. Ni él ni los vecinos conocían ayer la moción que el equipo de Gobierno lleva al pleno mañana para someterla a votación.
Según el texto, la solicitud en la calle del Almendro “ha originado que miles de torrejoneros presenten su firma en el Ayuntamiento expresando que están en total desacuerdo” con la obra “por las molestias que originaría la aglomeración de personas que acudiría al mismo”. El PP (que gobierna en mayoría con 21 concejales frente a cuatro del PSOE y dos de IU) propone buscar una ubicación alternativa “alejada de las zonas residenciales”. Nadie del equipo de Gobierno aclaró ayer cuál sería esta nueva ubicación, qué número de firmas han recibido ni por qué proponen ahora el cambio de sede. Este periódico reclamó ayer sin éxito hablar con algún edil popular sobre el asunto.
“El Ayuntamiento puede hacer poco desde el punto de vista legal para cambiar el uso de ese suelo, si no llega a un acuerdo con la Comunidad Islámica tendrá que permitir la mezquita”, señala Guillermo Fouce, portavoz municipal del PSOE. Pide al PP “que clarifique la situación”, pero añade que su grupo votará a favor de la moción. “No nos parece mal que se busque llegar a un acuerdo, lo que no entendemos es por qué no se ha hecho antes”. Izquierda Unida se abstendrá. “No tenemos constancia de las firmas y queremos verlas”, explica José Fernández, portavoz de la formación en el Consistorio. “No nos parece mal que haya una mezquita ahí, respetamos la libertad de religión”.
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