Los musulmanes Rohingyas, de Birmania.
El secretario general de la Organización de la Cooperación Islámica, expresó su profunda preocupación por los informes que hablan de actos de violencia dirigidos contra las minorías musulmanas Rohingyas, en la provincia de Arakan y otras regiones de Birmania.
Los medios de comunicación se hicieron eco en los últimos días de los repetidos ataques contra los musulmanes Rohingyas y sus lugares de culto, sus bienes y sus viviendas, en la provincia de Rakhine. Son preocupantes las informaciones que hablan de las bandas armadas que asedian la mezquita central y la mezquita Auk Ywa para intimidar a los fieles, informó la OCI en un comunicado de prensa publicado en su sitio oficial.
La OCI condenó estos hechos de violencia sistemática y de intimidación contra la pacífica población Rohingyas, que sufrió durante décadas, y recomendó a los estados miembros y a la comunidad internacional exigir urgentemente al gobierno de Birmania que impida estos actos de violencia y las pérdidas humanas, enjuiciando a los autores de estos actos.
Cabe destacar que más de 800.000 rohingyas viven a lo largo de la frontera de Birmania con Bangladesh en condiciones deplorables. Ningún país los reconoce como ciudadanos y las autoridades de Bangladesh rechazaron los barcos de rohingyas que huían esta semana de la violencia.
Los rohingya son un grupo étnico musulmán del norte del Estado de Arakan, en Birmania occidental. La población Rohingya está principalmente concentrada en dos municipios de Arakan limítrofes con Bangladesh, a saber, Maungdaw y Buthidaung, y se extiende por tres municipios, Akyab, Rathedung y Kyauktaw.
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