Alemania, 16/07/2015,EL HUFFINGTON POST/AGENCIAS
El pragmatismo y la aparente falta de empatía de la canciller alemana, Angela Merkel, ante una escolar palestina -residente en el país hace cuatro años y todavía a la espera de papeles- ha suscitado un acalorado debate en el país, con numerosas críticas en las redes sociales.
La etiqueta “merkelstreichelt” (Merkel acaricia) encabeza la lista de temas del momento en Twitter en Alemania, en referencia al momento en el que la canciller intenta consolar a la adolescente, cuando la menor estalla en llanto al escuchar que no todos los solicitantes de asilo lograrán la residencia y algunos tendrán que salir del país, como sus padres, como toda su familia.
La mayoría de los medios analizan hoy el papel de Merkel, su pragmatismo y su decisión de no aplicar paños calientes ante un caso difícil.
Merkel y la alumna, llamada Reem, participaban en una escuela de Rostock (norte de Alemania) en uno de los encuentros con estudiantes organizados por el Gobierno en el marco de la campaña “Diálogo ciudadano”, para conocer las preocupaciones de la sociedad.
La alumna comenzó su intervención sonriente y contó -en un perfecto alemán, que elogió la canciller- su fácil integración en la escuela desde que llegó hace cuatro años desde un campo de refugiados del Líbano.
Pero la historia que quería narrar era la de su familia, que sigue a la espera de que la administración resuelva su solicitud de asilo, lo que impide que el padre tenga un trabajo regular o que ella pueda plantearse su futuro a medio plazo. "Tengo metas como los demás", decía la niña, asegurando que "es muy duro ver a otras personas que pueden disfrutar de la vida" cuando tú no puedes hacerlo.
Merkel reconoció la lentitud en el estudio de las solicitudes y admitió que no se puede tardar tanto en dar una respuesta, pero subrayó, implacable, que el Líbano no es un país en guerra civil y dejó claro que abrir la puerta a todos los palestinos que viven en los campos de refugiados generaría un efecto llamada para miles de personas.
“Sabes que en los campos de refugiados palestinos en Líbano hay miles y miles [de personas]. Si ahora decimos 'todos podéis venir, venid todos desde África', no podríamos sostener la situación”, dijo Merkel mirando atentamente a la pequeña.
Alemania no puede acoger a todas las personas procedentes de esos campos y algunos tendrán que regresar, abundó Merkel, ante lo cual la adolescente comenzó a llorar desconsoladamente. "Lo entiendo pero a veces la política es dura", le justifica.
INCONSOLABLE
Al darse cuenta de lo sucedido, la canciller se acercó para intentar consolarla, con su mano sobre el hombro de Reem, y cuando el moderador le hizo ver la dura que era la situación para la chica -premiada con el encuentro precisamente por su buen comportamiento escolar-, ella respondió que lo sabía y que por eso quería acariciarla.
El moderador del debate, Felix Seibert-Daiker, que trabaja para un canal infantil, ha rechazado que Merkel actuara sin corazón, aunque, reconoce, todos hubieran deseado oírla decir que Reem podría seguir en Alemania. “Reaccionó de forma humana, a su manera”, señaló Seibert-Daiker, quien consideró que hay que reconocer el valor de la canciller al explicar la situación con toda su dureza a la niña.
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