Hace 20 años un grupo de españoles musulmanes aterrizó en Chiapas con el objetivo de convertir al islam a los zapatistas. Se quedaron en San Cristóbal de Las Casas, donde comenzaron a tener buenos resultados con algunos indígenas.
Los españoles -la mayoría andaluces- que han llegado convirtieron a "unos 1.000 indígenas", explica Aureliano Pérez, hoy Shayk Nafia, en su restaurante de San Cristóbal de Las Casas, La Alpujarra.
La mayoría de nuevos musulmanes son indígenas Tzotziles (de San Juan Chamula), que han cambiado el güipil por la yilaba (vestido islámico). "En realidad, no pasan de 300 indígenas convertidos", dice Gaspar Morquecho, antropólogo e investigador de los musulmanes en Chiapas, según informó El Mundo.
Indígenas como Sálima Collazo (antes Julia), de 25 años, que dejó la religión evangélica junto a toda su familia durante una fiesta. "Antes no entendía nada, tenía el corazón vacío pero el islam me ha cambiado la vida. Me siento diferente", resume. "Al principio, por usar el pañuelo la gente se burlaba de mí y me decía que si estaba enferma o si tenía bichos", recuerda.
"Tuvimos una excelente acogida. Para nosotros, los indígenas eran extraterrestres pero poco a poco comenzaron a acercarse. Aquí encuentran respuestas que no les dan ni los católicos ni los evangélicos", resume Nafia. En su opinión, la cercanía de los chamulas con el islam obedece a que los indígenas "no la ven como una religión sino como una forma de vida", explica Nafia, quien utiliza traductor para explicar el Corán a los indígenas. Entre este grupo de musulmanes granadinos vivió hace años Aureliano Pérez, cuñado de la ex ministra de Cultura de uno de los gobiernos de Zapatero, Carmen Calvo.
¿Es más fácil convertir a los pobres? "Sí, los pobres son más limpios de corazón. A los indígenas les cala más el islam que a un español porque allí están sólo preocupados por el banco, las hipoteca...", dice Abderramán Lago, nacido en Pontevedra. "Los pobres, que no miserables. El mexicano tiene dos particularidades: está poco informado [se refiere a la mala imagen del islam en los medios de comunicación] y es de naturaleza creyente y tiene buen corazón".
Hayy Idriss, antes Esteban López, de Jaén, dirige la madrasa y recita el Corán frente a 17 niños que sostienen las tablas de madera. Los viernes se celebra la oración y todos hacen la ablución.
A pocos metros de allí, el próximo año inaugurarán en San Cristóbal la mezquita Imam Malik, la más grande del país, con espacio para 1.000 personas, gracias a las donaciones llegadas desde Europa y Oriente Próximo.
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