Tras las huellas del islam

Aunque los musulmanes no dominaron el territorio cántabro, existen ejemplos de su arquitectura

SANTANDER,12 -06-2007,MAXI DELA PEÑA/el dieriomontañes.es

Un exponente poco divulgado de la arquitectura religiosa cántabra es la influencia islámica en las escasas construcciones que aún de mantienen en pie. Aunque los musulmanes no llegaron a dominar el territorio cántabro, si se observan algunos ejemplos con influencia de la religión que fundó Mahoma.

De gran valor histórico son las ermitas rupestres de Valderredible. En cuanto a iglesias de fábrica se conservan muy pocas: San Román de Moroso, en Bostronizo, Santa Leocadia de Helguera y, sobre todo, Santa María de Lebeña. En el arte mozárabe cántabro destacan la influencia del prerrománico asturiano, el crucero perfecto de tipo bizantino y el arco de herradura, característico de la arquitectura musulmana.

En Molledo, se encuentra Santa Leocadia de Helguera, una iglesia mozárabe del siglo X, aunque de este periodo sólo conserva el ábside. Los canecillos de rollo son muy similares a los que encontramos en Lebeña.

Bostronizo, en Arenas de Iguña, destaca por su ermita mozárabe de San Román de Moroso, en medio de un paraje boscoso. Esta singular edificación fue declarada Bien de Interés Cultural en 1931.

Santa María de Lebeña (Cillorigo de Lébana) es sin duda una de las iglesias más representativas del arte mozárabe en España. Este templo, declarado monumento nacional en 1893, se encuentra situado en una pequeña elevación del terreno, entre viñedos, prados y tierras de labor, separada del núcleo principal del pueblo de Lebeña y cercana al río Deva.

Se desconoce la fecha exacta de la construcción de la iglesia. No obstante, existen en el Cartulario de Santo Toribio dos documentos fechados en el año 925.

Las iglesias rupestres de Valderredible sitúan su cronología en torno a los siglos IX y X, cuando la repoblación de esta comarca estaba en su auge y cuando la invasión árabe de este territorio todavía era posible. Santa María de Valverde es su principal exponente, y también destacan las ermitas cavadas en roca de Santa María de Cadalso, Arroyuelos y San Miguel de Campoo de Ebro.

La invasión islámica de España tuvo lugar en el año 711. Los musulmanes respetaron la religión de los habitantes. Buena parte de la nobleza visigoda aceptó a los invasores, a cambio de mantener sus privilegios y sus propiedades. El resto huyó hacia el norte. Ese éxodo masivo de gente supuso el fin del pueblo cántabro como tal, perdiéndose definitivamente su identidad con el mestizaje cultural.

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