Bruselas, Junio 8 de 2007, El tiempo, Idafe Martín Pérez.
Más de 8 millones de belgas están llamados a las urnas en las legislativas de este domingo.
Votarán sin saber qué fuerzas políticas podrán alcanzar pactos de Gobierno, porque nadie alcanzará mayorías suficientes para gobernar en solitario, algo casi imposible con el sistema electoral de tres circunscripciones (Flandes, Valonia y Bruselas), que hace que un partido que obtenga, por ejemplo, el 50% de los votos flamencos apenas tendría un 25% de los diputados.
También lo harán -la gran mayoría- con la esperanza de ver, por primera vez en casi 20 años, un retroceso electoral de la extrema derecha xenófoba flamenca. El foco de la campaña se centró en las últimas semanas en la posible prohibición del uso del velo musulmán.
El Gobierno actual, una coalición de liberales (VLD flamenco y MR francófono) y socialistas (SPA flamenco y PS francófono) necesita un milagro para desmentir unos sondeos que le auguran una caída.
El principal beneficiado es Yves Leterme, presidente de Flandes y líder de los cristianodemócratas flamencos (CD & V), a quien los sondeos dan un 30% de los votos flamencos. Pero Leterme tendrá difícil un pacto con los francófonos desde que dijo que estos últimos no aprendían flamenco "por su poca capacidad intelectual".
Si las encuestas electorales se cumplen -y se suelen cumplir- lo lógico sería que gobernara el CD & V de Leterme, pero ante su dificultad para llegar a pactos, podría reeditarse el Gobierno actual (liberal-socialista) con el apoyo también de los verdes, que se acercan al 10% en los sondeos.
Lo que sí parece cada día más claro es que, gobierne quien gobierne, los flamencos pedirán más autonomía e ir hacia un Estado casi confederal. Algo que rechazan los francófonos porque lo ven como un paso más hacia el desmantelamiento de las instituciones comunes, principalmente de la seguridad social, a la que los flamencos, más ricos, aportan más.
El tema que está copando las declaraciones de los líderes políticos es el uso del velo musulmán, sobre todo después de que varios ayuntamientos y autoridades regionales hayan prohibido su uso "ostensible" en escuelas e instituciones públicas, con la ciudad de Amberes como avanzadilla de este movimiento.
La población musulmana no ha tardado en reaccionar, sugiriendo que en ese caso promoverían la creación de una escuela musulmana femenina para que las niñas pudieran seguir usando el velo.
El debate ha calentado una campaña que hasta ahora tenía escaso eco mediático y ciudadano. La extrema derecha del Vlaams Belang (Interés Flamenco) ha salido en tromba a favor de la prohibición, mientras en el resto de partidos hay distintos puntos de vista.
El Belang parece que rondará esta vez el 20% de los votos flamencos, una muestra de su estancamiento electoral tras el 24% que registró en las regionales de 2004. Pero su campaña tiene el tono y las ideas habituales: un tufillo racista difícil de esconder y la reclamación inmediata de la independencia de Flandes, algo que les dejaría fuera de la UE.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Más de 8 millones de belgas están llamados a las urnas en las legislativas de este domingo.
Votarán sin saber qué fuerzas políticas podrán alcanzar pactos de Gobierno, porque nadie alcanzará mayorías suficientes para gobernar en solitario, algo casi imposible con el sistema electoral de tres circunscripciones (Flandes, Valonia y Bruselas), que hace que un partido que obtenga, por ejemplo, el 50% de los votos flamencos apenas tendría un 25% de los diputados.
También lo harán -la gran mayoría- con la esperanza de ver, por primera vez en casi 20 años, un retroceso electoral de la extrema derecha xenófoba flamenca. El foco de la campaña se centró en las últimas semanas en la posible prohibición del uso del velo musulmán.
El Gobierno actual, una coalición de liberales (VLD flamenco y MR francófono) y socialistas (SPA flamenco y PS francófono) necesita un milagro para desmentir unos sondeos que le auguran una caída.
El principal beneficiado es Yves Leterme, presidente de Flandes y líder de los cristianodemócratas flamencos (CD & V), a quien los sondeos dan un 30% de los votos flamencos. Pero Leterme tendrá difícil un pacto con los francófonos desde que dijo que estos últimos no aprendían flamenco "por su poca capacidad intelectual".
Si las encuestas electorales se cumplen -y se suelen cumplir- lo lógico sería que gobernara el CD & V de Leterme, pero ante su dificultad para llegar a pactos, podría reeditarse el Gobierno actual (liberal-socialista) con el apoyo también de los verdes, que se acercan al 10% en los sondeos.
Lo que sí parece cada día más claro es que, gobierne quien gobierne, los flamencos pedirán más autonomía e ir hacia un Estado casi confederal. Algo que rechazan los francófonos porque lo ven como un paso más hacia el desmantelamiento de las instituciones comunes, principalmente de la seguridad social, a la que los flamencos, más ricos, aportan más.
El tema que está copando las declaraciones de los líderes políticos es el uso del velo musulmán, sobre todo después de que varios ayuntamientos y autoridades regionales hayan prohibido su uso "ostensible" en escuelas e instituciones públicas, con la ciudad de Amberes como avanzadilla de este movimiento.
La población musulmana no ha tardado en reaccionar, sugiriendo que en ese caso promoverían la creación de una escuela musulmana femenina para que las niñas pudieran seguir usando el velo.
El debate ha calentado una campaña que hasta ahora tenía escaso eco mediático y ciudadano. La extrema derecha del Vlaams Belang (Interés Flamenco) ha salido en tromba a favor de la prohibición, mientras en el resto de partidos hay distintos puntos de vista.
El Belang parece que rondará esta vez el 20% de los votos flamencos, una muestra de su estancamiento electoral tras el 24% que registró en las regionales de 2004. Pero su campaña tiene el tono y las ideas habituales: un tufillo racista difícil de esconder y la reclamación inmediata de la independencia de Flandes, algo que les dejaría fuera de la UE.
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