Será un complejo gigantesco, sobre 15.000 metros cuadrados de terreno, con otros 250.000 metros cuadrados aledaños.
La construcción de la "enorme" mezquita prometida por el premier islámico turco Recep Tayyip Erdogan a los fieles de Estambul ya comenzó en la colina de Camlica, que domina la orilla asiática de la ciudad, a pesar de las crecientes polémicas, acusaciones y sarcasmos.
Será un complejo gigantesco, sobre 15.000 metros cuadrados de terreno, con otros 250.000 metros cuadrados aledaños donde habrá un parque, un museo, bares, restaurantes, un área de juegos, una terraza con vista al Bósforo y a la Estambul bizantina y musulmana.
El propio Erdogan había anunciado el proyecto hace un año, explicando que la "enorme" mezquita deberá "ser vista desde todos los rincones de la ciudad", y tener "los minaretes más altos del mundo".
Para la oposición laica, Erdogan -admirador del pasado otomano de Turquía, a quien muchos llaman el "neosultán"- quiere dejar su huella en Estambul, como los grandes califas de antaño, informa Ansa.
Su mezquita tendrá no dos sino seis minaretes, como hasta ahora tenía solamente la Mezquita Azul, joya de Estambul y de la arquitectura islámica.
"Hay muchísimos lugares en Estambul donde se puede construir una mezquita: pero quieren mandar un mensaje", dijo a Hurriyet el diputado opositor Mehmet Ali Ediboglu: "El mensaje es que quieren construir una república islámica en lugar del sistema escolar. Lo hacen paso a paso".
En la Turquía de Erdogan no se puede decir, sin duda, que falten las mezquitas: según el diario Milliyet desde 2002, cuando está en el poder el partido AKP del premier, fueron construidas 17.000 nuevas.
Solo en Estambul, donde Erdogan fue alcalde hace 20 años, hay 3.113. Y ahora el premier decidió construir una también en la célebre Plaza Taksim, el corazón de la ciudad, símbolo de las grandes reuniones de la izquierda y los sindicatos.
La mezquita de Camlica será otro símbolo, explicó el ministro de Planificación Urbana Erdogan Bayraktar: deberá ser "una obra símbolo del período de poder del AKP".
Pero nada detuvo los planes del "sultán": ni los sarcasmos en las rees sociales, sobre la "Mezquita de Erdogan el Magnífico", ni los gritos de alarma de la Orden de Arquitectos, para quienes "destruirá la línea del horizonte de Estambul y el Bósforo".
También los líderes ambientalistas se opusieron, hablando de "genocidio" contra el paisaje histórico de Estambul, y varios intelectuales islámicos que hablaron de no "infligir al país esta obra fea que lo incomodará durante años".
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