La Comunidad Musulmana de Suiza observa una campaña xenófoba por parte del partido político de derecha que se encuentra a la delantera en una votación que tendrá lugar el mes que entra, pues desea prohibir los minaretes islámicos.
La iniciativa 'Contra la construcción de minaretes' ['Against the construction of minarets'] fue presentada el año pasado por un comité de políticos del partido de dercha Partido del Pueblo de Suiza (SVP) y el conservador Unión Democrátiva Federal (EDU). Mientras que el SVP cuenta con 58 curules en el Consejo Nacional de Suiza, el EDU sólo tiene uno de los 200 curules del consejo. El comité afirma que los minaretes son un "símbolo de clamores religioso-políticos de poder" y un ejemplo de una progresiva "islamización de Suiza".
Conscientes del malestar que la iniciativa podría provocar entre los musulmanes alrededor del mundo, el Consejo Federal Suizo, el gobierno del país, ha solicitado a los electores que rechacen la enmienda. Su llamado fue seguido por una mayoría contra la iniciativa en el Consejo de Estados y en el Consejo Nacional, ambas cámaras forman el Parlamento de Suiza.
Suiza es hogar de unos 350,000 musulmanes, quienes constituyen menos del cinco por ciento de la población. Durante los últimos 50 años, las Comunidades Musulmanas han construido más de 150 mezquitas, en su mayoría en hogares, garages o en áreas industriales. Sólo cuatro minaretes pueden ser vistos en todo el país, mientras que la construcción del quinto está siendo legalmente disputado en el pueblo de Langenthal.
Las tensiones aumentan pues se aproxima la votación del 27 de noviembre. Los carteles con propaganda han sido objeto de debates intensos en los medios de comunicación. Un póster muestra una mujer con velo ante una bandera suiza penetrada por numerosos minaretes negros. La imagen es acompañada por las palabras: "Detente. Sí a la prohibición de los minaretes".
Hisham Maizar es líder de la Federation of Islamic Umbrella Organisations [Federación Paraguas de Organizaciones Islámicas], que representa a casi la mitad de los centros islámicos en Suiza. "Ellos claman que los minaretes se propagarán como hongos," dice él. "ES inaceptable que los minaretes sean presentados como cohetes y que la mujer en la imagen simbolice una actitud con la que las mujeres musulmanas no se pueden identificar."
La iniciativa exige la adición de un enunciado único en la Constitución de Suiza: "La construcción de minaretes está prohibida". Para sus críticos, la historia no termina aquí: "El objetivo real de la iniciativa no es evitar la construcción de algunos minaretes en Suiza," afirma Balthasar Glättli, Secretario General de Solidarité sans Frontières [Solidaridad sin Fronteras], una organización que promueve los derechos de los migrantes. "Es obvio que esta campaña tiene la intención de esparcir el miedo al Islam y los prejuicios contra las personas cuyo origen son los países islámicos."
Se dice que Hisham Maizar, doctor suizo de origen palestino, es el musulmán con más influencia en Suiza. El también es miembro fundador del Consejo Suizo de Religiones, de diversas religiones. Esta organización nacional está formada por judíos, cristianos y musulmanes que rechazan con firmeza la iniciativa.
Maizar acusa a los iniciadores de encabezar un debate por poder sobre el Islam en lugar que sobre los minaretes. "Su falta de argumentos está indicada por su estereotipia: Ellos claman que los minaretes son símbolo de la sharia, la islamisación y las burkas. Sin embargo, esto no está reflejado en toda la Comunidad Islámica de Suiza. No puedo recordar cuándo fue la última vez que vi a una mujer vistiendo una burka en este país."
Suiza ha experimentado campañas similares de derecha en años recientes. En 2002, ciudadanos suizos votaron una iniciativa contra 'el abuso de asilo'. Una bandera de propaganda entonces mostraba a un hombre con piel obscura, con cabello negro en ropas negras, usando lentes contra el sol y guantes negros, emergiendo de la mitad de la bandera de Suiza y rompiéndola. En 2007 y 2008, el SVP recabó firmas para una iniciativa que demandaba la deportación de criminales extranjeros, utilizando la imagen de una oveja blanca dando una patada a una oveja negra fuera de la bandera suiza.
"La iniciativa y la campaña tienen continuidad en cuanto al contenido y continúan una tradición de campañas populistas de derecha en Suiza," señala Damir Skenderovic, Profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Friburgo, cerca de Berna, la capital. "Sin embargo, el centro de atención actual sobre un grupo específico es perceptible. Las votaciones y campañas relacionadas con la migración durante los 90's fueron llevadas a cabo con un tono más general. Trataban sobre 'el extraño' ['the stranger'] o 'el otro' ['the other'], principalmente en forma de quienes buscan asilo. En nuestros días, el centro de atención es un grupo en particular, esto es, inmigrantes musulmanes."
Skenderovic, quien ha publicado numerosos estudios sobre racismo, extremismo de derecha y política de migración en Suiza, ubica los orígenes del discurso de derecha a fines de los 80's. "En ese momento, los partidos escindidos como Vigilance, National Action y la Federal Democratic Union operaban con la amenaza de una islamisación asumida, la inundación del Occidente Cristiano por el Islam. El 9 de septiembre reforzó el discurso pero el fenómeno en sí mismo tiene una tradición más longeva."
Como en muchos países europeos, con frecuencia, los musulmanes han sido descritos como incapaces de integrarse. Los debates más fieros han estallado en relación al velo en las mujeres, el rechazo de algunos padres musulmanes a permitir que sus hijas participen en las clases de natación en la escuela y al concepto de las mujeres en el Islam, en general. Maizar está en desacuerdo de manera enérgica con el estereotipo generalizado de que todos los musulmanes son los mismo: "Las Comunidades Musulmanas son muy diversas. Es absurdo encapsular a todos los musulmanes juntos, como están haciendo los populistas."
Balthasar Glättli subraya que el concepto hostil del Islam en Suiza "está siendo alimentado totalmente independiente de la cantidad de musulmanes en el país. Es un intento por crear una unidad cultural entre el pueblo suizo. Tales esfuerzos usualmente sirven menos para definir al enemigo en detalle sino que son utilizados más para crear la identidad de grupo de uno en relación con algo externo."
Valentina Smajli es originaria de Kosovo y es musulmana. Vive en el corazón de la Suiza católica, ella es miembro activo del Partido Social-Demócrata y de varios proyectos políticos sobre asuntos de migrantes. Ella asegura que como ella misma, "muchos migrantes de países con una población musulmana tratan su religión con indiferencia y no se definen por medio del Islám. Sin embargo, también estas personas son víctimas, algunas veces, de prejuicios ocultos o abierto anti-musulmanes."
Los musulmanes en Suiza están sufriendo de las generalizaciones negativas y de los encabezados," concuerda Andi Geu, Co-director del National Coalition Building Institute (NCBI- Coalición Nacional de Construcción Nacional), un instituto suizo dedicado a combatir el prejuicio, la discriminación racial y la violencia. "Cuando buscan por aprendizaje, trabajo o vivienda, con frecuencia los musulmanes son discriminados."
Geu considera que la campaña anti-musulmana del SVP como un esfuerzo xenófobo "para conservar mobilizado a su electorado y para que siga fiel al partido. No se trata de los minaretes, sino de la campaña permanente de elección." NCBI ahora lleva a cabo una campaña de información sobre el Islam para hacer frente a la iniciativa nueva.
Shahab, un joven refugiado curdo de Irak que vive en Berna considera que la iniciativa anti-minaretes es "un punto de partida para los ataques de derecha contra todos los migrantes en Suiza. La iniciativa básicamente tiene como objetivo a los extranjeros, no a los minaretes," dice él. "Al final hay dos ganadores: los extremistas de extrema-derecha y los islamistas radicales. Para estos últimos se vuelve más fácil presentar a los musulmanes como una minoría oprimida cuyas actividades religiosas están siendo limitadas."
El discurso actual sobre la 'Islamización de Suiza' puede ser visto como la tradición de lo que Skenderovic llama el 'discurso de la sobre-extranjerización [overforeignisation]'. El académico ubica sus orígenes a principios del s. XX. En Suiza, el impacto del discurso aumentó dramáticamente antes de la II Guerra Mundial. "Eventualmente, el discurso entró a las políticas de Estado y a la legislación. Continuó en la política de refugiados y fue relacionado fuertemente con el anti-semitismo de los 30's y con la forma en que las autoridades trataron con los refugiados judíos durante los 30's y a lo largo de toda la II Guerra Mundial."
El discurso de la 'sobre-extranjerización' fue revitalizado en los 60's por autoridades estatales, sindicatos y partidos populistas de derecha y se volvió piedra angular de las agendas de los partidos que se fragmentan. Su continuidad fue relacionada en gran medida con la radicalización del conservador Partido del Pueblo Suizo.
"A principios de los 90's, específicamente en 1991 y en 1992, el SVP fue tomado organizacional y estructuralmente, más y más, por la sede cantonal de Zurich y la agenda del último transferida al SVP federal," asegura Skenderovic. "En ese momento, el SVP retomó el discurso de la 'sobre-extranjerización' de los partidos fragmentados, en especial en relación al asilo y a la política de integración."
Asumir la agenda xenófoba de los partidos radicales de derecha fortaleció al SVP y fue clave en su ascenso en las últimas dos décadas. En cuanto al nivel nacional, el SVP logró tragarse a todos los partidos de derecha del espectro político. En las elecciones federales de 2007, la última curul del Consejo Nacional, retenido por el partido de ultra-derecha Socialdemócrata calló ante el SVP, quien ganó el 29 % del voto.
En respuesta a los carteles anti-minaretes, los gobiernos locales de los pueblos de Basel y de Lausana recientemente decidieron prohibir su exhibición. Otros cantones y ciudades han solicitado a la Comisión Federal contra el Racismo por una recomendación. La comisión percibe las imágenes como reforzadoras de los prejuicios contra el Islam, presentándolo como negativo y potencialmente amenazante.
Pero Hisham Maizar está contra la prohibición de los pósters. "Estoy fundamentalmente contra las prohibiciones y yo promuevo la libertad de expresión. Sin embargo, estoy claramente contra el hecho de que las líneas rojas de nuestra democracia sean cruzadas de este modo y que un grupo específicos como el musulmán sea atacad en una forma tan impía."
Balthasar Glättli dice que él también se opone a restringir la libertad de expresión, pero tiene algo de simpatía por quienes promueven la prohibición, pues la campaña verdaderamente va demasiado lejos.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
La iniciativa 'Contra la construcción de minaretes' ['Against the construction of minarets'] fue presentada el año pasado por un comité de políticos del partido de dercha Partido del Pueblo de Suiza (SVP) y el conservador Unión Democrátiva Federal (EDU). Mientras que el SVP cuenta con 58 curules en el Consejo Nacional de Suiza, el EDU sólo tiene uno de los 200 curules del consejo. El comité afirma que los minaretes son un "símbolo de clamores religioso-políticos de poder" y un ejemplo de una progresiva "islamización de Suiza".
Conscientes del malestar que la iniciativa podría provocar entre los musulmanes alrededor del mundo, el Consejo Federal Suizo, el gobierno del país, ha solicitado a los electores que rechacen la enmienda. Su llamado fue seguido por una mayoría contra la iniciativa en el Consejo de Estados y en el Consejo Nacional, ambas cámaras forman el Parlamento de Suiza.
Suiza es hogar de unos 350,000 musulmanes, quienes constituyen menos del cinco por ciento de la población. Durante los últimos 50 años, las Comunidades Musulmanas han construido más de 150 mezquitas, en su mayoría en hogares, garages o en áreas industriales. Sólo cuatro minaretes pueden ser vistos en todo el país, mientras que la construcción del quinto está siendo legalmente disputado en el pueblo de Langenthal.
Las tensiones aumentan pues se aproxima la votación del 27 de noviembre. Los carteles con propaganda han sido objeto de debates intensos en los medios de comunicación. Un póster muestra una mujer con velo ante una bandera suiza penetrada por numerosos minaretes negros. La imagen es acompañada por las palabras: "Detente. Sí a la prohibición de los minaretes".
Hisham Maizar es líder de la Federation of Islamic Umbrella Organisations [Federación Paraguas de Organizaciones Islámicas], que representa a casi la mitad de los centros islámicos en Suiza. "Ellos claman que los minaretes se propagarán como hongos," dice él. "ES inaceptable que los minaretes sean presentados como cohetes y que la mujer en la imagen simbolice una actitud con la que las mujeres musulmanas no se pueden identificar."
La iniciativa exige la adición de un enunciado único en la Constitución de Suiza: "La construcción de minaretes está prohibida". Para sus críticos, la historia no termina aquí: "El objetivo real de la iniciativa no es evitar la construcción de algunos minaretes en Suiza," afirma Balthasar Glättli, Secretario General de Solidarité sans Frontières [Solidaridad sin Fronteras], una organización que promueve los derechos de los migrantes. "Es obvio que esta campaña tiene la intención de esparcir el miedo al Islam y los prejuicios contra las personas cuyo origen son los países islámicos."
Se dice que Hisham Maizar, doctor suizo de origen palestino, es el musulmán con más influencia en Suiza. El también es miembro fundador del Consejo Suizo de Religiones, de diversas religiones. Esta organización nacional está formada por judíos, cristianos y musulmanes que rechazan con firmeza la iniciativa.
Maizar acusa a los iniciadores de encabezar un debate por poder sobre el Islam en lugar que sobre los minaretes. "Su falta de argumentos está indicada por su estereotipia: Ellos claman que los minaretes son símbolo de la sharia, la islamisación y las burkas. Sin embargo, esto no está reflejado en toda la Comunidad Islámica de Suiza. No puedo recordar cuándo fue la última vez que vi a una mujer vistiendo una burka en este país."
Suiza ha experimentado campañas similares de derecha en años recientes. En 2002, ciudadanos suizos votaron una iniciativa contra 'el abuso de asilo'. Una bandera de propaganda entonces mostraba a un hombre con piel obscura, con cabello negro en ropas negras, usando lentes contra el sol y guantes negros, emergiendo de la mitad de la bandera de Suiza y rompiéndola. En 2007 y 2008, el SVP recabó firmas para una iniciativa que demandaba la deportación de criminales extranjeros, utilizando la imagen de una oveja blanca dando una patada a una oveja negra fuera de la bandera suiza.
"La iniciativa y la campaña tienen continuidad en cuanto al contenido y continúan una tradición de campañas populistas de derecha en Suiza," señala Damir Skenderovic, Profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Friburgo, cerca de Berna, la capital. "Sin embargo, el centro de atención actual sobre un grupo específico es perceptible. Las votaciones y campañas relacionadas con la migración durante los 90's fueron llevadas a cabo con un tono más general. Trataban sobre 'el extraño' ['the stranger'] o 'el otro' ['the other'], principalmente en forma de quienes buscan asilo. En nuestros días, el centro de atención es un grupo en particular, esto es, inmigrantes musulmanes."
Skenderovic, quien ha publicado numerosos estudios sobre racismo, extremismo de derecha y política de migración en Suiza, ubica los orígenes del discurso de derecha a fines de los 80's. "En ese momento, los partidos escindidos como Vigilance, National Action y la Federal Democratic Union operaban con la amenaza de una islamisación asumida, la inundación del Occidente Cristiano por el Islam. El 9 de septiembre reforzó el discurso pero el fenómeno en sí mismo tiene una tradición más longeva."
Como en muchos países europeos, con frecuencia, los musulmanes han sido descritos como incapaces de integrarse. Los debates más fieros han estallado en relación al velo en las mujeres, el rechazo de algunos padres musulmanes a permitir que sus hijas participen en las clases de natación en la escuela y al concepto de las mujeres en el Islam, en general. Maizar está en desacuerdo de manera enérgica con el estereotipo generalizado de que todos los musulmanes son los mismo: "Las Comunidades Musulmanas son muy diversas. Es absurdo encapsular a todos los musulmanes juntos, como están haciendo los populistas."
Balthasar Glättli subraya que el concepto hostil del Islam en Suiza "está siendo alimentado totalmente independiente de la cantidad de musulmanes en el país. Es un intento por crear una unidad cultural entre el pueblo suizo. Tales esfuerzos usualmente sirven menos para definir al enemigo en detalle sino que son utilizados más para crear la identidad de grupo de uno en relación con algo externo."
Valentina Smajli es originaria de Kosovo y es musulmana. Vive en el corazón de la Suiza católica, ella es miembro activo del Partido Social-Demócrata y de varios proyectos políticos sobre asuntos de migrantes. Ella asegura que como ella misma, "muchos migrantes de países con una población musulmana tratan su religión con indiferencia y no se definen por medio del Islám. Sin embargo, también estas personas son víctimas, algunas veces, de prejuicios ocultos o abierto anti-musulmanes."
Los musulmanes en Suiza están sufriendo de las generalizaciones negativas y de los encabezados," concuerda Andi Geu, Co-director del National Coalition Building Institute (NCBI- Coalición Nacional de Construcción Nacional), un instituto suizo dedicado a combatir el prejuicio, la discriminación racial y la violencia. "Cuando buscan por aprendizaje, trabajo o vivienda, con frecuencia los musulmanes son discriminados."
Geu considera que la campaña anti-musulmana del SVP como un esfuerzo xenófobo "para conservar mobilizado a su electorado y para que siga fiel al partido. No se trata de los minaretes, sino de la campaña permanente de elección." NCBI ahora lleva a cabo una campaña de información sobre el Islam para hacer frente a la iniciativa nueva.
Shahab, un joven refugiado curdo de Irak que vive en Berna considera que la iniciativa anti-minaretes es "un punto de partida para los ataques de derecha contra todos los migrantes en Suiza. La iniciativa básicamente tiene como objetivo a los extranjeros, no a los minaretes," dice él. "Al final hay dos ganadores: los extremistas de extrema-derecha y los islamistas radicales. Para estos últimos se vuelve más fácil presentar a los musulmanes como una minoría oprimida cuyas actividades religiosas están siendo limitadas."
El discurso actual sobre la 'Islamización de Suiza' puede ser visto como la tradición de lo que Skenderovic llama el 'discurso de la sobre-extranjerización [overforeignisation]'. El académico ubica sus orígenes a principios del s. XX. En Suiza, el impacto del discurso aumentó dramáticamente antes de la II Guerra Mundial. "Eventualmente, el discurso entró a las políticas de Estado y a la legislación. Continuó en la política de refugiados y fue relacionado fuertemente con el anti-semitismo de los 30's y con la forma en que las autoridades trataron con los refugiados judíos durante los 30's y a lo largo de toda la II Guerra Mundial."
El discurso de la 'sobre-extranjerización' fue revitalizado en los 60's por autoridades estatales, sindicatos y partidos populistas de derecha y se volvió piedra angular de las agendas de los partidos que se fragmentan. Su continuidad fue relacionada en gran medida con la radicalización del conservador Partido del Pueblo Suizo.
"A principios de los 90's, específicamente en 1991 y en 1992, el SVP fue tomado organizacional y estructuralmente, más y más, por la sede cantonal de Zurich y la agenda del último transferida al SVP federal," asegura Skenderovic. "En ese momento, el SVP retomó el discurso de la 'sobre-extranjerización' de los partidos fragmentados, en especial en relación al asilo y a la política de integración."
Asumir la agenda xenófoba de los partidos radicales de derecha fortaleció al SVP y fue clave en su ascenso en las últimas dos décadas. En cuanto al nivel nacional, el SVP logró tragarse a todos los partidos de derecha del espectro político. En las elecciones federales de 2007, la última curul del Consejo Nacional, retenido por el partido de ultra-derecha Socialdemócrata calló ante el SVP, quien ganó el 29 % del voto.
En respuesta a los carteles anti-minaretes, los gobiernos locales de los pueblos de Basel y de Lausana recientemente decidieron prohibir su exhibición. Otros cantones y ciudades han solicitado a la Comisión Federal contra el Racismo por una recomendación. La comisión percibe las imágenes como reforzadoras de los prejuicios contra el Islam, presentándolo como negativo y potencialmente amenazante.
Pero Hisham Maizar está contra la prohibición de los pósters. "Estoy fundamentalmente contra las prohibiciones y yo promuevo la libertad de expresión. Sin embargo, estoy claramente contra el hecho de que las líneas rojas de nuestra democracia sean cruzadas de este modo y que un grupo específicos como el musulmán sea atacad en una forma tan impía."
Balthasar Glättli dice que él también se opone a restringir la libertad de expresión, pero tiene algo de simpatía por quienes promueven la prohibición, pues la campaña verdaderamente va demasiado lejos.
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