La joven marroquí que pasó un mes sin acudir a clase porque el centro escolar no le permitía asistir con velo islámico se encuentra "triste y deprimida", señaló su padre, Zarzour Smail, después de que la primera experiencia de escolarización en su país de acogida resultara difícil para ella. El padre asegura que la niña lo ha pasado mal por tener que permanecer en casa durante el último mes, en contra de su voluntad, pues ella quería asistir, si bien no contemplaba la posibilidad de quitarse el velo. "Su madre también lo lleva, no entiende por qué ella tiene que quitárselo".La niña volverá estos días a clase, señaló el padre, aunque se plantean pedir el traslado de centro para cursar sus estudios en otro más cercano al domicilio familiar. La familia, indicó Smail, lo ha pasado mal con esta experiencia, sobre todo la niña, que lleva poco tiempo en España y mantiene las costumbres y convicciones de su entorno original. El padre cree que se ha dado un caso de "discriminación" por motivos de religión, pues la joven ha debido permanecer en su casa a su pesar.
Además, se lamentan del trato ofrecido por un funcionario de la delegación de Educación, que les dijo que la solución al problema pasaba por quitarse el velo. Al contestarle que en otras comunidades y otros países se permitía su uso en el colegio, el funcionario les dijo que lo que tenían que hacer, entonces, era trasladarse a esos países. Este comentario exasperó a la familia de la niña y a miembros de su comunidad.
Por su parte, la delegación de la Xunta de Galicia mantiene que a la familia se le ofrecieron soluciones en este tiempo, como la de que la niña acudiera con velo hasta el aula y allí se lo quitara. Apuntan que la madre dijo el 29 de septiembre que lo iba a comentar en casa, pero no dio una respuesta hasta anteeste miércoles.
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