La Asamblea General de la ONU expresa su grave preocupación por la escalada de violencia contra la minoría musulmana Rohingya y exige al Gobierno de Myanmar (Birmania) que respete los derechos de esa comunidad.
Los 193 Estados miembros de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobaron la noche del lunes por unanimidad una resolución que insta al Gobierno de Myanmar a adoptar medidas para mejorar la situación de la minoría musulmana que vive en el estado de Rajine "y para proteger todos sus derechos humanos, incluido el derecho a la nacionalidad".
De acuerdo con el organismo, a pesar de que el Gobierno de Myanmar ha ejecutado una serie de reformas políticas, en este país asiático se sigue infligiendo una clara violación de los derechos humanos y de las libertades individuales. No obstante, el documento aprobado por la ONU da la bienvenida a cambios democráticos en Myanmar.
La creciente ola de enfrentamientos entre musulmanes y extremistas budistas en el país asiático, desde el pasado mes de octubre hasta el momento, ha dejado centenares de musulmanes muertos y heridos y casi 3.000 hogares destruidos. En los últimos dos años, gran cantidad de musulmanes de la etnia rohingya ha tratado de huir en barcos por la represión sistemática ejercida por el Gobierno de Myanmar.
De hecho, los musulmanes de Myanmar no son reconocidos como una minoría por el Gobierno central y carecen de derechos civiles, pues las autoridades alegan que los rohingyas no son nativos: se los considera inmigrantes ilegales a pesar de que han vivido durante generaciones en ese país. El 89 % de los 60 millones de habitantes de Myanmar profesa el budismo, el 4 % sigue el Islam.
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