El director de la mezquita de Pere Garau ofrece explicaciones a los vecinos. Fotos: B.Ramon.La asociación magrebí Aecodem invita a los vecinos del barrio a conocer la cultura musulmana
El té verde y los dulces árabes constituyen el primer acercamiento. El canto de un imam, contenido en un archivo MP3, logra que la estancia enmudezca. Después de descalzarse y traspasar el umbral de la mezquita, los muros entre cristianos y musulmanes se disuelven.
La entidad Aecodem (Asociación para la educación, cooperación y desarrollo magrebí) ha sido la artífice del acercamiento de la comunidad musulmana de Pere Garau con los vecinos del barrio. La iniciativa está enmarcada dentro del Proyecto de Desarrollo Comunitario de Pere Garau y Son Gotleu del Ayuntamiento de Palma.
El presidente de la asociación, Domingo Riutord, un mallorquín convertido al Islam, relata cómo surgió la idea de constituir esta entidad hace 4 años. Karim le toma el relevo. "Nosotros trabajamos con la segunda generación de inmigrantes magrebíes. Nos preocupamos porque no pierdan su cultura de origen y promocionamos la integración", explica.
Un público heterogéneo, compuesto por unas 30 personas, escucha atentamente la alocución de Karim. Muchos de ellos son senegaleses. Otros, en cambio, son mallorquines. Vecinos del barrio de toda la vida deseosos por conocer algo más la cultura musulmana.
"Lo único que conocemos de vuestra cultura es lo que sale en las noticias. Y no es precisamente bueno lo que se habla de los musulmanes", insiste Maribel."¿No sería mejor hacer estas reuniones mucho más a menudo?", propone la vecina. Los organizadores recogen el guante y se comprometen a hacerlas más a menudo. "Esta es la primera. Puede haber muchas más
Un amanuense dibuja con cálamo, utilizando la escritura tradicional árabe, los nombres de los visitantes. "¿Cómo se llama?", interroga el escriba. "Joana", contesta la visitante. Con trazo lento y firme, esboza lo que dice ser su nombre en árabe.
El plato fuerte de la jornada aguarda en el portal de al lado de la calle Juan Mestre. El director de la Mezquita Abderrahman, Juan Peralta, es un malagueño convertido al Islam y desmenuza los pormenores del rezo. "Es muy sencillo. No hay imágenes. Cuatro paredes es suficiente para poder rezar", subraya ante la descalza concurrencia.
El director de la mezquita hace un tímido alegato en favor de la igualdad de género. "Al contrario de lo que se piensa, la mujer reza igual que el hombre. La única diferencia es que la mujer no tiene obligación de venir. El hombre sí", puntualiza.
Una de las visitantes no puede reprimir su curiosidad y pregunta al director de la mezquita dónde está la Meca. "En el Suroeste, donde está la Seu", apunta.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
El té verde y los dulces árabes constituyen el primer acercamiento. El canto de un imam, contenido en un archivo MP3, logra que la estancia enmudezca. Después de descalzarse y traspasar el umbral de la mezquita, los muros entre cristianos y musulmanes se disuelven.
La entidad Aecodem (Asociación para la educación, cooperación y desarrollo magrebí) ha sido la artífice del acercamiento de la comunidad musulmana de Pere Garau con los vecinos del barrio. La iniciativa está enmarcada dentro del Proyecto de Desarrollo Comunitario de Pere Garau y Son Gotleu del Ayuntamiento de Palma.
El presidente de la asociación, Domingo Riutord, un mallorquín convertido al Islam, relata cómo surgió la idea de constituir esta entidad hace 4 años. Karim le toma el relevo. "Nosotros trabajamos con la segunda generación de inmigrantes magrebíes. Nos preocupamos porque no pierdan su cultura de origen y promocionamos la integración", explica.
Un público heterogéneo, compuesto por unas 30 personas, escucha atentamente la alocución de Karim. Muchos de ellos son senegaleses. Otros, en cambio, son mallorquines. Vecinos del barrio de toda la vida deseosos por conocer algo más la cultura musulmana.
"Lo único que conocemos de vuestra cultura es lo que sale en las noticias. Y no es precisamente bueno lo que se habla de los musulmanes", insiste Maribel."¿No sería mejor hacer estas reuniones mucho más a menudo?", propone la vecina. Los organizadores recogen el guante y se comprometen a hacerlas más a menudo. "Esta es la primera. Puede haber muchas más
Un amanuense dibuja con cálamo, utilizando la escritura tradicional árabe, los nombres de los visitantes. "¿Cómo se llama?", interroga el escriba. "Joana", contesta la visitante. Con trazo lento y firme, esboza lo que dice ser su nombre en árabe.
El plato fuerte de la jornada aguarda en el portal de al lado de la calle Juan Mestre. El director de la Mezquita Abderrahman, Juan Peralta, es un malagueño convertido al Islam y desmenuza los pormenores del rezo. "Es muy sencillo. No hay imágenes. Cuatro paredes es suficiente para poder rezar", subraya ante la descalza concurrencia.
El director de la mezquita hace un tímido alegato en favor de la igualdad de género. "Al contrario de lo que se piensa, la mujer reza igual que el hombre. La única diferencia es que la mujer no tiene obligación de venir. El hombre sí", puntualiza.
Una de las visitantes no puede reprimir su curiosidad y pregunta al director de la mezquita dónde está la Meca. "En el Suroeste, donde está la Seu", apunta.
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