Valladolid, 16 agosto 2019, elnortedecastilla.es, Iris Simón Astudillo
Celebración del lunes por la noche. /Rodrigo Jiménez
La musulmana Fiesta del Sacrificio, en la que participan más de 400 familias, destina parte de la vianda a los más necesitados
La Fiesta del Sacrificio, también conocida como la Fiesta del Cordero, es la mayor festividad del Islam. En ella se celebra un pasaje del Corán en el que el profeta Ibrahim casi sacrifica a su hijo en nombre de Dios pero al final este interviene y le ofrece un cordero en sustitución. Esta conmemoración, aunque no es obligatoria, se realiza justo dos meses y diez días después del término del Ramadán, que es cuando los musulmanes que están peregrinando en La Meca concluyen su camino y celebran este logro. Este camino hasta el lugar sagrado es uno de los cinco preceptos del Islam, por lo que tiene una gran relevancia para las personas de la comunidad.
Según el imán de la mezquita de Valladolid, Bekkai Grioui, el sacrificio de los corderos se realiza el primer día de esta fiesta -que dura tres en total- después del rezo de la mañana, en concreto, a las ocho. Según la tradición, esta tarea debe hacerla el padre de cada familia en su hogar, pero las ordenanzas sanitarias actuales no lo permiten. Para solventar este escollo para la festividad, la comunidad musulmana decidió realizar el rito a través de carnicerías, que en la mayoría de las ocasiones están certificadas con el sello Halal, es decir, que se asegura que el procedimiento se va a realizar según como dicta la tradición.
La técnica de este sacrificio consiste en el degüello del animal mientras este mira a La Meca y después dejar que se desangre para que esa carne sea considerada halal -permitida-. A pesar de que este nuevo método esta aprobado por la comunidad, aún hay familias que recurren a comprar el cordero a un ganadero y matarlo de manera ilegal en su casa. Sin embargo, el imán de la mezquita ubicada en Las Delicias asegura que «estas prácticas son las menos», pues la mayoría de los musulmanes acatan las condiciones de sanidad.
La tradición y sus detractores
Hay varios comercios en la capital vallisoletana que realizan este sacrificio, algunos de ellos en el barrio de Pajarillos y otros en Delicias. Uno de estos establecimientos, situado en la calle Caamaño, asegura que cada uno de los cinco años que llevan gestionando esta práctica les encargan 60 u 80 corderos. Estos ovinos, según asegura Javier Roldán, gerente del matadero de Medina de Rioseco, suelen pesar 20 kilos, y aunque ellos no realizan sacrificios para Valladolid, sí lo hacen para Francia, y este peso es el habitual según la tradición, pues estos corderos deben ser adultos para poder alimentar a un buen número de personas.
Una vez que el cordero se ha sacrificado hay que dividirlo en tres partes: una para la familia, otra para sus conocidos y la tercera para las personas necesitadas. A menudo intentan que esta última sea sobre todo para inmigrantes, aunque no importa la religión que practiquen, pues se les ofrece el cordero como un signo de solidaridad. Esta cena se celebró en Valladolid el lunes por la noche, en la que se sirvió comida típica con el ovino como protagonista.
Esta celebración cuenta con el respaldo de cerca de 400 familias en la ciudad, aunque pueden llegar a las 450 según el año dado que algunas viajan a Marruecos durante las vacaciones para realizar la festividad con otros allegados, pues durante los tres días de fiesta los miembros de la comunidad se reúnen para comer, cenar y estar con sus seres queridos. Bekkai Grioui asegura que nunca han tenido ningún problema por practicar esta tradición y que se vive «de una forma muy natural», a pesar de que en otras ciudades de España sí que han surgido críticas desde partidos políticos como el PACMA, pues aseguran que el animal es plenamente consciente durante el proceso y que sufre varios minutos hasta desfallecer.
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