Christchurch recuerda en silencio a las víctimas del ataque contra las mezquitas. / ANTHONY WALLACE (AFP / EFE)
El Gobierno neozelandés pide disculpas por la difusión de la misiva, que califica de "propaganda"
Las autoridades de Nueva Zelanda pidieron este miércoles disculpas después de que el presunto autor de la matanza de 51 personas en dos mezquitas en Christchurch el pasado marzo, Brenton Tarrant, enviara una carta a un admirador que la publicó en el polémico portal 4chan.
En un comunicado divulgado en la prensa local, el Departamento de Prisiones lamentó el dolor causado a las víctimas y sus familias y decidió que Tarrant no recibirá o enviará más correspondencia hasta que haya controles efectivos.
La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, dijo desde Tuvalu, donde asiste a una conferencia internacional, que el acusado no debería haber podido compartir su "mensaje odioso" y de "propaganda", según Radio New Zealand. Ardern precisó que su Gobierno estudia si es necesario alguna reforma legal para limitar o prohibir la correspondencia de Tarrant.
El simpatizante que recibió la carta, residente en Rusia, publicó una copia de la misiva en 4chan, una web usada habitualmente por personas de la derecha alternativa y la ultraderecha, además de otros grupos minoritarios. El texto, de seis páginas, aparece fotografiado y reproduce una visión supremacista del mundo y la sociedad. Según Ardern, "propaganda".
Matanza supremacista
El autor de la masacre, en aislamiento en la cárcel de alta seguridad de Auckland, afronta un cargo de terrorismo, 51 de asesinato y 40 de tentativa de asesinato, por el ataque contra dos mezquitas en la ciudad de Christchurch, en la Isla Sur.
Tarrant, un australiano de 28 años, retransmitió en las redes sociales el asalto mientras disparaba a quemarropa contra los musulmanes que se encontraban en las mezquitas para su oración de los viernes.
El acusado, que también publicó en las redes sociales su ideario supremacista, tomó por sorpresa a las autoridades, dado que no tenía antecedentes y obtuvo la licencia de armas en noviembre de 2017 tras cumplir con los requisitos legales.
El gobierno neozelandés se enfrenta también a numerosas críticas por la duración de la investigación sobre el atentado y su gestión de la atención a las víctimas, con problemas de identificación y poco respeto a los rituales islámicos de entierro. La comunidad musulmana representa en Nueva Zelanda apenas el 1% de la población, lo que, según algunos sectores, ha hecho que sean muy desconocidos para el resto de la población.
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