Imagen actual del castillo de Alhama. Al lado, una recreación de la alcazaba durante su momento de mayor esplendor / PACO ESPADAS / ANTONIO RUIZ
Una inversión de 1,2 millones convertirá la fortaleza en la mejor conservada de toda la Región
Los cristianos tomaron en 1243 el castillo, pero en 1266 volvió a manos musulmanas hasta 1298
El Castillo de Alhama es el símbolo más emblemático de la localidad. Su imagen es la primera que se visualiza desde cualquier punto cardinal al llegar al municipio, siempre con el permiso del macizo montañoso de Sierra Espuña. Desde hace unos años, se conoce un poco más cada día sobre el pasado de dicho castillo, a raíz de los trabajos arqueológicos que se desarrollan tanto en la fortaleza como en el Cerro de las Paleras, donde se asienta.
Desde julio se está trabajando a buen ritmo en la restauración de la muralla norte de la parte superior de la fortificación, un proyecto que cuenta con con una inversión de 1.200.000 euros provenientes del 1% del Ministerio de Fomento y de Cultura, de la Comunidad Autónoma y del propio ayuntamiento.
Los trabajos que se están realizando son de excavación, consolidación y restauración, y se encuentra en fase de estudio como será la restauración final. De momento todavía esta en el aire si la torre cristiana y sus murallas se restauraran íntegramente para que luzcan con todo su esplendor. Sin embargo, pase lo que pase, la inversión en el cerro del castillo lo va a convertir en uno de los mejor conservados y estudiados de la Región, «aportando muchos más datos sobre nuestra historia», como destacaba el arqueólogo y cronista oficial de Alhama, José Baños Serrano.
Además de la inversión del 1% cultural, varios proyectos municipales se suman a esta recuperación del patrimonio del Cerro del Castillo, a través de los Campos de Trabajo Internacionales -que este año han cumplido su décima edición- y un taller de empleo subvencionado por el Servicio de Empleo y Formación (SEF) y el ayuntamiento que ha dado trabajo a unas 10 personas.
Tierra fronteriza
Sin duda alguna el Valle del Guadalentín vivió épocas más convulsas que las actuales por su ubicación entre los reinos de Granada y Murcia entre los siglos XI y XIV. Alhama era tierra de frontera y posiblemente testigo de grandes enfrentamientos. La actual torre del homenaje parece estar fechada alrededor de 1243, cuando los cristianos toman posesión de estas defensas, que quedan al mando del caballero García de Villamayor.
De esa época en adelante se estima que comenzó la construcción de la actual torre, quizás sobre las ruinas de su antecesora musulmana. Tras la rebelión mudéjar de 1266, sobre el castillo volvió a ondear la media luna, para pasar de nuevo a manos cristianas tras el asedio de las tropas aragonesas al mando de Jaime II en 1298.
Tras la torre del castillo se encuentra una zona amesetada de unos 17.000 metros cuadrados, conocida como yacimiento de las Paleras, por encontrase gran cantidad de estos cactus en la zona. Las últimas excavaciones han documentado parte del eslabón perdido de la historia de la comarca, ya que ha aparecido una fortificación que parece fecharse en la transición del mundo tardoantiguo al mundo islámico y que fue abandonada en el siglo X. Esta fortificación se halla flanqueada por cuatro torres en sus esquinas con sus calles, restos de casas, cerámicas y canalizaciones lo que está haciendo posible conocer algo más de la transición entre el Imperio Romano, muy presente este en la localidad por las termas, y la época islámica.
Alhama no adpotaría su actual nombre hasta el siglo XI. Es de entonces de cuando se la denomina la «fuente termal» o de «agua caliente» (al-hamma en árabe). Antes se la denominaba Laqwar o Ayn Saytan. En 1387, el Rey Juan I de Castilla donaba la villa a Alonso Yáñez Fajardo, y a sus descendientes, los futuros Marqueses de Los Vélez, en pago por sus servicios en la campaña de Portugal, pero eso ya es otra historia...
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Los cristianos tomaron en 1243 el castillo, pero en 1266 volvió a manos musulmanas hasta 1298
El Castillo de Alhama es el símbolo más emblemático de la localidad. Su imagen es la primera que se visualiza desde cualquier punto cardinal al llegar al municipio, siempre con el permiso del macizo montañoso de Sierra Espuña. Desde hace unos años, se conoce un poco más cada día sobre el pasado de dicho castillo, a raíz de los trabajos arqueológicos que se desarrollan tanto en la fortaleza como en el Cerro de las Paleras, donde se asienta.
Desde julio se está trabajando a buen ritmo en la restauración de la muralla norte de la parte superior de la fortificación, un proyecto que cuenta con con una inversión de 1.200.000 euros provenientes del 1% del Ministerio de Fomento y de Cultura, de la Comunidad Autónoma y del propio ayuntamiento.
Los trabajos que se están realizando son de excavación, consolidación y restauración, y se encuentra en fase de estudio como será la restauración final. De momento todavía esta en el aire si la torre cristiana y sus murallas se restauraran íntegramente para que luzcan con todo su esplendor. Sin embargo, pase lo que pase, la inversión en el cerro del castillo lo va a convertir en uno de los mejor conservados y estudiados de la Región, «aportando muchos más datos sobre nuestra historia», como destacaba el arqueólogo y cronista oficial de Alhama, José Baños Serrano.
Además de la inversión del 1% cultural, varios proyectos municipales se suman a esta recuperación del patrimonio del Cerro del Castillo, a través de los Campos de Trabajo Internacionales -que este año han cumplido su décima edición- y un taller de empleo subvencionado por el Servicio de Empleo y Formación (SEF) y el ayuntamiento que ha dado trabajo a unas 10 personas.
Tierra fronteriza
Sin duda alguna el Valle del Guadalentín vivió épocas más convulsas que las actuales por su ubicación entre los reinos de Granada y Murcia entre los siglos XI y XIV. Alhama era tierra de frontera y posiblemente testigo de grandes enfrentamientos. La actual torre del homenaje parece estar fechada alrededor de 1243, cuando los cristianos toman posesión de estas defensas, que quedan al mando del caballero García de Villamayor.
De esa época en adelante se estima que comenzó la construcción de la actual torre, quizás sobre las ruinas de su antecesora musulmana. Tras la rebelión mudéjar de 1266, sobre el castillo volvió a ondear la media luna, para pasar de nuevo a manos cristianas tras el asedio de las tropas aragonesas al mando de Jaime II en 1298.
Tras la torre del castillo se encuentra una zona amesetada de unos 17.000 metros cuadrados, conocida como yacimiento de las Paleras, por encontrase gran cantidad de estos cactus en la zona. Las últimas excavaciones han documentado parte del eslabón perdido de la historia de la comarca, ya que ha aparecido una fortificación que parece fecharse en la transición del mundo tardoantiguo al mundo islámico y que fue abandonada en el siglo X. Esta fortificación se halla flanqueada por cuatro torres en sus esquinas con sus calles, restos de casas, cerámicas y canalizaciones lo que está haciendo posible conocer algo más de la transición entre el Imperio Romano, muy presente este en la localidad por las termas, y la época islámica.
Alhama no adpotaría su actual nombre hasta el siglo XI. Es de entonces de cuando se la denomina la «fuente termal» o de «agua caliente» (al-hamma en árabe). Antes se la denominaba Laqwar o Ayn Saytan. En 1387, el Rey Juan I de Castilla donaba la villa a Alonso Yáñez Fajardo, y a sus descendientes, los futuros Marqueses de Los Vélez, en pago por sus servicios en la campaña de Portugal, pero eso ya es otra historia...
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