Ahmed Aajoud, imán de la mezquita de Crevillent
El imán de la Comunidad Islámica de Alicante advierte de que en los denominados oratorios, "muchas veces cogen a imanes sin formación"
Ante todo sienten rabia y una profunda tristeza por lo que ha sucedido en Cataluña. Los imanes de las principales mezquitas de Alicante y Crevillent mostraron ayer su más enérgica condena a los atentados y criticaron el papel que ha desempeñado el imán de Ripoll a la hora de radicalizar a los jóvenes que cometieron los ataques.
El imán de la Comunidad Islámica de Alicante, Muhammad Diyab, cree que el problema son las mezquitas de menor tamaño, llamados oratorios, y la forma en la que tienen de buscar a los imanes. «Muchas veces estas mezquitas no pueden contratar a personas preparadas, bien por falta de fondos o porque en los países árabes islámicos no hay muchas universidades específicas para formar a estas personas». Diyab cita el caso de Egipto, «donde los imanes se forman en la universidad y tienen una preparación y una vigilancia que les lleva hacia la moderación».
En el caso de las mezquitas de menor tamaño, «muchas veces contratan a alguien sólo porque conoce ciertas cosas del Corán o porque sabe dirigir una oración». Estos imanes, «muchas veces leen papeles que ni siquiera han escrito ellos y generalmente no cumplen con todos los oficios». Un problema, el de la formación, que se suma a la falta de control de un organismo superior. «La mayoría de mezquitas estamos representadas por la UCIDE, la Unión de Comunidades Islámicas de España. Pero esta no puede supervisar a todas las mezquitas, sobre todo a las más pequeñas y a los oratorios».
El imán de la mezquita de Crevillent, Ahmed Aajoud también lamenta la actuación que ha tenido Abdelbaki Es Satty, clérigo de Ripoll, en los atentados de Barcelona y Cambrils. «Un imán cualificado, con estudios y conocedor de la religión, sabe que la violencia está en contra. Él ha dirigido a unos chavales que no tenían ni idea. Ha sido una persona que se ha escondido detrás de un cargo para hacer daño. Un verdadero imán no lo haría porque todo esto es contrario a los principios que defiende el islam», lamenta.
Ante problemas de tanto calado, Aajoud ofrece algunas soluciones. En primer lugar, apunta a la figura de los clérigos para intentar que no vuelvan a darse casos como el de Ripoll: «Hay que saber cuál es la procedencia de los imanes, su historial y dónde han hecho sus estudios. Un imán que ha sido detenido, aunque haya sido una vez, ya está machado». En segundo lugar, señala a las autoridades europeas: «Tienen que trabajar mucho más en la vigilancia de las fronteras. Nosotros, los imanes, por nuestra parte, tenemos que enseñar y mostrar el verdadero islam. También debemos dar ejemplo y avisar cuando detectemos un peligro y veamos que algo no va bien».
Preguntado por la posibilidad de que a partir de ahora la Policía ejerza un mayor control sobre los imanes de las mezquitas españolas, el responsable de la Comunidad Islámica de Alicante se muestra totalmente dispuesto a colaborar con las fuerzas de seguridad en lo que haga falta. «Lo que más nos importa es la seguridad, por lo que colaboraremos en todo lo necesario». En los siete años que lleva ejerciendo de imán en Alicante Muhammad Diyab asegura no haberse encontrado nunca con ningún joven que se esté radicalizando, «aunque todos saben que el discurso que doy se centra en la defensa de la vida y en reprender el derramamiento de sangre».
Actualmente en la ciudad de Alicante hay tres mezquitas. La mayor es la de la Comunidad Islámica, en Virgen del Remedio, y hay otras dos más pequeñas en Colonia Requena y Garbinet. También hay un oratorio en la zona de Virgen del Remedio.
Muhammad Diyab, imán de la mezquita de Alicante
El imán de la mezquita de Alicante no cree que en la ciudad vaya a haber una escalada de racismo «porque la gente sabe que quienes han cometido los atentados nunca van a representar al millón y medio de musulmanes que viven en España». Diyab añade que el sentimiento generalizado de los musulmanes que residen en nuestro país «es de gratitud».
Ahmed Aajoud, imán de la mezquita de Crevillent
El imán de Crevillent ve clave la batalla en la red: «Representa el 70% del peligro, con un 30% que puede proceder desde la calle. Internet se ha convertido en nuestro gran problema. Nosotros trabajamos con los jóvenes para que no les coman el coco. Los videojuegos también son peligrosos porque normalizan la violencia. Hay que prohibírselos a los niños».
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