Un refugiado rohinyá lleva a su madre en brazos tras cruzar desde Myanmar a Bangladesh Un refugiado rohinyá lleva a su madre en brazos tras cruzar desde Myanmar a Bangladesh AFP PHOTO / SUZAUDDIN RUBEL
Unos 27.400 han entrado en Bangladés
Otros 20.000 se encuentran atrapados en tierra de nadie
Los ataques de un grupo insurgente musulmán han provocado el éxodo
Casi 50.000 musulmanes rohinyás han abandonado sus hogares huyendo de la violencia desatada en el estado de Rakáin, en el norte de Myanmar (la antigua Birmania), según la ONU. Unas 27.400 personas han logrado entrar en el vecino Bangladés, mientras otros 20.000, según las agencias de Naciones Unidas citadas por Reuters, están atrapadas en tierra de nadie entre los dos países.
Este jueves, los guardias de fronteras bangladesíes han recuperado los cuerpos de 20 personas, incluyendo mujeres y niños, ahogados en una barca que volcó en un río mientras intentaban escapar de Birmania.
Denuncia de quema de aldeas
Muchos de los refugiados en Bangladés se concentran en campos improvisados en la localidad de Cox's Bazar. "Nos escondimos en el bosque durante dos días y luego nos pararon en la frontera, pero pudimos pasar. Hemos oído que las casas de nuestra aldea han ardido", ha declarado a Reuters Rahid, uno de los refugiados.
“Hemos oído que las casas de nuestra aldea han ardido“
Según Chris Lewa, de la ONG Arakan Project, el gobierno birmano parece decidido a expulsar a la población rohinyá y por eso ha implicado a grupos de civiles armados en la quema de aldeas. "Lo que oímos es que hay incendios y más incendios, y que se extiende de sur a norte", ha declarado a Reuters.
Las autoridades birmanas por su parte culpan de los incendios a los propios insurgentes. Miles de budistas han abandonado también Rakáin y han sido reubicados en otros lugares del país.
La violencia en el estado de Rakáin ha costado ya la vida a más de un centenar de personas, en su mayoría miembros del grupo insurgente ARSA. El grupo, que dice defender los derechos de esta minoría, atacó el pasado viernes varios puestos de policía y una base militar en la ciudad de Maungtaw.
Alrededor de 1,1 millones de rohinyás viven en Myanmar, un país de mayoría budista, y carecen de derechos civiles y nacionalidad.
Los enfrentamientos más graves entre musulmanes y budistas se produjeron en 2012. Aquellos sucesos desencadenaron en 2015 una crisis de refugiados en el océano Índico: cientos de ronhinyás se lanzaron al mar en barcos atestados para intentar llegar a Malasia. En Birmania, 120.000 personas fueron confinadas en 67 campos y aún continúan en ellos.
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