MADRID,19/03/2014(EUROPA PRESS)
El secretario general de la Comisión Islámica de España y presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE), Riay Tatary, ha indicado que los descendientes de los moriscos que fueron expulsados de España hasta el siglo XVII también deberían tener el derecho de adquirir la nacionalidad española, al igual que los sefardíes.
El Gobierno ha aprobado recientemente un anteproyecto de ley por el que se modifica el Código Civil para acelerar la concesión de la nacionalidad a los sefardíes sin que tengan que renunciar a su nacionalidad.
En declaraciones a Europa Press, Tatary ha explicado que los moriscos también tienen "origen español", algo que demuestran por ejemplo apellidos como 'Aragón' o 'Álvarez' que, según ha precisado, con el genitivo árabe se convierte en 'Alvarisis'.
En todo caso, Tatary ha aclarado que no se trata de pedir la posibilidad de obtener la nacionalidad española porque ahora se les vaya a conceder a los sefardíes, es decir, no solo por "derecho de igualdad", sino también porque los moriscos "tienen el mismo sentimiento que los españoles", porque son "tan españoles como los demás".
En esta línea, el presidente de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI), Mounir Benjelloun, ha enviado una carta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, solicitándole una reunión "urgente" ante la "no equiparación de derechos" de moriscos y sefardíes, lo que considera una "grave discriminación".
A su juicio, esta diferenciación "afecta negativamente a la imagen de España en su relación con el mundo árabe-musulmán" en un momento en que, según apunta, "las exportaciones alimentarias Halal, las grandes obras de construcción e ingeniería, y el crecimiento del turismo Halal" en España "están colaborando de forma intensa en la mejora de la balanza de pagos, dando un gran impulso a la economía" del país.
Por ello, para que se pueda conceder la nacionalidad española a los moriscos, se ofrecen a colaborar en el establecimiento de criterios para determinar lo más exactamente posible la identificación de los descendientes de los moriscos. Para ello, han puesto en marcha la creación de un Comité de Identificación y Verificación y están colaborando con las asociaciones creadas para tal fin en Marruecos, Argelia y Túnez.
Según recuerda Benjelloun en la misiva, tras el decreto de expulsión de 1603, se estima que varios cientos de miles de ciudadanos musulmanes se vieron obligados a abandonar sus hogares y propiedades, muriendo muchos de ellos en ese "terrible éxodo".
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