jueves, 29 de mayo de 2014

Musulmanes latinos se sienten espiados por la Policía de NYC

NUEVA YORK, 28/05/ 2014,CNN


Aunque NYPD desmanteló la unidad de vigilancia, esta comunidad está en la mira

Tusha Díaz y Sadia Irfan coinciden en que el escrutinio a que se ha visto sometida su comunidad las afecta.
 Pese a que el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) desmanteló su unidad de vigilancia de musulmanes el mes pasado, muchos de los integrantes latinos de esta comunidad se mostraron preocupados porque todavía se sienten bajo el escrutinio de algunas agencias federales.

Una musulmana de 19 años que prefirió no revelar su identidad indicó que fue perseguida hace menos de un mes, desde que salió de la universidad en Manhattan hasta su trabajo en Brooklyn, por dos hombres vestidos de civil.

"Me di cuenta que eran policías porque tenían chapas en la cintura", recordó la estudiante de Ciencias Políticas de origen puertorriqueño. La joven, quien es soltera y se convirtió al Islam hace dos años, dijo que está temerosa de volver a ser seguida por el hecho de llevar puesta la "hijab", manto que usan las musulmanas para tapar su cabeza.

El NYPD anunció el pasado 15 de abril el desmantelamiento de la Unidad de Evaluación de Zonas, creada en 2002 bajo el nombre de Unidad Demográfica. El equipo estaba dedicado a vigilar zonas de concentración de la comunidad musulmana para tratar de detectar amenazas de terrorismo, y fue acusado por grupos comunitarios de atentar a los derechos civiles.

Maliah Khan (36) dijo que la desaparición de la mencionada unidad "es un logro grande". Sin embargo, para la puertorriqueña residente en El Bronx y que se convirtió al Islam hace un año, no deja de ser preocupante que autoridades federales continúen teniendo a ese sector bajo la mira.

"No tenemos nada que ocultar, pero eso nos hace lucir como gente mala", expresó.

Tusha Díaz (35), que acude a orar al Centro Islámico de Union City, Nueva Jersey, indicó que no tiene ningún temor porque asegura que "no hacemos nada malo", pero sabe de gente indocumentada que tiene miedo de acudir a las mezquitas, precisamente porque son sitios vigilados.

"La incertidumbre de que se está siendo vigilado los aleja", aseguró la mujer.

Kefah Elabed, miembro ejecutivo de la junta del Centro, dijo que no le sorprendería si siguen siendo vigilados. Sin embargo, indicó: "Trabajamos duro para mostrar lo que somos realmente".

Al espacio, ubicado en la ciudad con más alta población latina del Estado Jardín, acuden aproximadamente mil fieles, de los que unos 100 son latinos.

Informantes del FBI

Wilfredo Amr Ruiz, asesor legal del Concejo de Relaciones Americano Islámicas, CAIR, destacó que todavía falta mucho para que la comunidad musulmana deje de ser vigilada.

Ruiz, de origen puertorriqueño y que también es capellán musulmán, no descartó que el FBI continúe reclutando informantes, una de las prácticas más criticadas de la unidad. "Recibimos quejas de musulmanes que han sido abordados por el FBI para tratar de manera burda ofrecerles dinero, o bajo amenazas, para que se infiltren".

Yousef Abdallah, director de la zona Este de la organización Islamic Relief USA,  sostuvo que la vigilancia le viola la privacidad y la libertad a la gente. "No creo que bajo la excusa de proteger al país se señale a una comunidad y se la persiga", dijo, y agregó que esa persecución la vivió en carne propia el año pasado cuando durante cuatro meses fue vigilado por agentes del FBI.

La preocupación de Sadia Irfan (32), de origen mexicano y convertida al Islam hace dos años, no es que los estén espiando. "Es que ellos (las autoridades), quien quiera que sea, puedan hacer algo en contra de nosotros", aseguró.


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