viernes, 16 de febrero de 2018

Aparecen nuevas pintadas fascistas en la mezquita de Carrús

Carrús, Elche,15.02.2018,diarioinformacion.com,I.J.Iniesta


Una de las pintadas con las que ha amanecido la mezquita de Carrús INFORMACIÓN

Apenas un mes después del primer ataque con grafitis, se han producido nuevos mensajes contra la comunidad musulmana y las pintadas de esvásticas

La mezquita de Carrús ha amanecido con pintadas fascistas, con mensajes islamófobos y esvásticas. Es la segunda vez en apenas un mes que este lugar de oración musulmán sufre este tipo de ataques racistas, pues ya a principios del mes pasado las instalaciones sufrieron varias pintadas contra el islam. En esta ocasión, los mensajes son más agresivos, por lo que se presentará denuncia con el fin de dar con los autores de estas pintadas.

Por el momento se desconoce el autor o autores de este hecho, y con la denuncia presentada en los juzgados se espera que se inicie una operación policial. La Policía Local de Elche, sin ir más lejos, posee una unidad especializada para identificar a los autores de este tipo de actos vandálicos que, en esta ocasión, además, traspasa la línea del vandalismo para convertirse en una muestra de odio y racismo hacia la comunidad musulmana.

La mezquita está en Carrús, en una zona donde el colectivo musulmán está muy extendido e integrado en la sociedad ilicitana.

La caligrafía no solo sirve para identificar la falsedad de una firma o el análisis de documentos manuscritos. Y, si no, que se lo digan a la nueva unidad de Urbanidad y Medio Ambiente de la Policía Local de Elche, que dispone de un pequeño laboratorio donde poder analizar la firma y los garabatos de pintadas que los vándalos dejan por toda la ciudad, desluciendo el mobiliario público y fachadas de edificios municipales y privados. El oficial y el agente que se encargan de controlar el vandalismo tienen la titulación de peritos calígrafos, lo que les acredita, incluso si hiciera falta judicialmente, para identificar a través de las firmas de estas pintadas a sus autores.

Y es que hay ocasiones en las que coger un bote de pintura y dedicarse a hacer garabatos, puede suponer, más allá de una sanción administrativa, un delito. Sobre todo, tras la última reforma del Código Penal o la Ley de Seguridad Ciudadana. Más allá del contenido del mensaje -en garabatos racistas, homófobos o contra partidos políticos pueden suponer incluso un delito de odio-, se considera delictiva toda pintada cuyo daño no pueda repararse, y provoque que haya que restituir el elemento donde se ha producido.

Por ejemplo, si se pinta una fachada convencional o un cristal de un escaparate con pintura, y esta se borra o se puede pintar por encima, estaríamos hablando de una sanción administrativa de entre 750 y 3.000 euros, dependiendo de la gravedad. Por el contrario, si la pintada se realiza con ácido -cada vez más común- o sobre piedra de granito, de forma que sea imposible quitarla al absorberse por la porosidad del material, sí sería un delito, al tener que sustituir el trozo de piedra o fachada donde se realice el garabato, y dependiente del daño, puede ser considerado delito leve o grave.

La unidad cuenta con todo el material necesario: un microscopio para estudiar con detalle el trazado, las marcas de tinta, la presión de la firma o sus signos característicos, una cámara para trasladar lo visto en el laboratorio al formato digital, un negatoscopio, o una mesa de reproducción fotográfica.

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