Francia,14/11/2016, abc.es, F.de Andrés
Dos musulmanas en un supermercado «halal» del barrio parisino de Nanterre - AFP
Sarkozy critica la retirada de esa comida de los menús en escuelas públicas francesas, y propone «doble ración de patatas» para los alumnos musulmanes
Con la llegada de refugiados musulmanes a Europa procedentes de los países en guerra se vuelve a reactivar la polémica de los ritos alimenticios mahometanos, en particular la prohibición expresa de comer carne de cerdo. En marzo pasado, el partido de la canciller Merkel, la CDU, denunció la retirada de las tradicionales salchichas en menús escolares de landers gobernados por los socialistas, por “respeto a los alumnos musulmanes”. El líder de la CDU en Schleswig-Holstein, Daniel Gunther, denunció esa práctica y pidió que ningún estudiante alemán se viera obligado a renunciar a la carne porcina. “El consumo de cerdo pertenece a nuestra cultura”, sentenció.
Ahora es el expresidente francés Nicolas Sarkozy el que ha saltado al ruedo. En un mitin de su campaña para las presidenciales del año que viene, el candidato conservador criticó hace días la elaboración de “menús alternativos” en los comedores escolares para los alumnos musulmanes y judíos que no comen cerdo. “El día en que haya patatas fritas con un trozo de jamón, que el que no lo quiera tenga doble ración de patatas”, dijo Sarkozy entre las ovaciones de su auditorio.
¿Qué tiene el cerdo para provocar tanta hostilidad en el islam? Los apologetas musulmanes que desde el siglo VII han defendido esa prohibición -en el contexto más general de la comida “halal” o considerada pura- invocan razones de salud. El cerdo, afirman, es portador de parásitos y enfermedades que se transmiten al hombre. Dada la concepción holística de la religión musulmana -que afirma la interconexión entre la salud física y emocional del hombre con su salud espiritual- la carne porcina debe ser evitada.
Pero los argumentos científicos -o “pseudocientíficos” según la óptica que se adopte- son secundarios. La razón primaria y fundamental de la prohibición de la carne de cerdo es religiosa: figura expresamente en varios versículos del Corán, el libro sagrado, por lo que solo cabe la aceptación rigurosa por parte del creyente. Los dos más explícitos son: “Sepan que Alá les ha prohibido consumir solo la carne del animal muerto por causa natural, la sangre y la carne de cerdo” (Corán 2:173); “la carne de cerdo es una inmundicia” (Corán 6:145).
LA PROHIBICIÓN DE COMER CERDO Decir que los musulmanes no comen cerdo porque Alá se lo prohíbe es decir mucho o demasiado poco. Decir lo propio de los judíos y Yahvé, tres cuartos de lo mismo. ¿Por qué estos dioses se han tomado la molestia de condenar un animal simpático del que, como suele decirse, se aprovecha todo? Más allá de aquellos que en el pasado interpretaron la prohibición por motivos de salud (dado el alto número de enfermedades trasmitidas por el cerdo), la razón última de la prohibición, según Harris, se debe a que la cría de cerdos “constituía una amenaza a la integridad de los ecosistemas naturales y culturales de oriente medio”. Los cerdos eran competidores directos del hombre en una región donde la supervivencia dependía de un control estricto de los recursos. La actitud más racional, cualesquiera motivos religiosos que a posteriori quisieran aducirse, era mantener a los cerdos alejados del paladar, y centrarse en la cría de ovejas y cabras, quizá mucho menos suculentas, pero con un rendimiento de costes y beneficio mucho más alto. PERRO Y OTRAS MASCOTAS
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