Laarbi Mateis, presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta, está convencido de que el trabajo en las mezquitas y las escuelas coránicas puede ayudar a evitar que los jóvenes se radicalicen y tomen el camino del yihadismo, sin embargo considera que el gobierno de Ceuta no ayuda en ese trabajo. "Por primera vez nos han dejado sin subvenciones. Cero euros. Buscan la división entre los musulmanes en lo que parece ser una nueva política colonialista. En lo social no existe ningún problema enre la sociedad cristiana y nosotros, pero en lo político estamos experimentando un enorme retroceso".
Lamenta esta falta de apoyo y lo interpreta como un intento inútil de detener el islamismo en Ceuta. "Estoy orgulloso porque el Islam avanza en Ceuta y quien es un buen musulmán lo que busca es la paz para la sociedad. Contribuiremos a reducir problemas de trapicheos de droga y asesinatos. Pero necesitamos apoyo para divulgar nuestro mensaje y que cada vez llegue a más gente de nuestra comunidad".
A lo que se niega es a dejarse manejar "por el islam que los poderes políticos quieren, un islam light, musulmanes de nombre pero no de práctica. Esto no va a suceder porque las mezquitas están abiertas y están llenas; las iglesias no. En las mezquitas se habla de que hay que evitar la fanatización y se aboga por el diálogo y la convivencia". Recuerda que los musulmanes ya son la comunidad mayoritaria en Ceuta y considera que esto debería trasladarse a los órganos de decisión política, auqnque reconoce que quizá los musulmanes no estén preparados para gobernar la ciudad ni los cristianos preparados para dejarse gobernar por ellos, por lo que no vislumbra un movimiento político, pero sí una mayor presencia de los musulmanes dentro de la política de la ciudad autónoma.
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