EL CAIRO,25-04-2015,Hispanatolia
Los problemas y quejas con la red de alcantarillado y distribución de agua en el país no son infrecuentes, pero las alarmas se han desatado tras el hundimiento en el Nilo de un barco cargado de fosfatos.
Cerca de 600 residentes de la provincia de Sharqia, al este del Delta del Nilo, fueron hospitalizados el viernes después de sufrir síntomas de envenenamiento después de consumir agua del grifo.
En la ciudad de Al-Ibrahimiah, numerosos residentes de la localidad y los alrededores -incluyendo mujeres y niños- fueron ingresados en cuatro hospitales de la provincia, elevando a 586 el número de intoxicados después de que en las primeras horas se hubiese informado de 379 pacientes afectados, si bien la mayoría de ellos fueron posteriormente dados de alta tras recibir tratamiento.
Las víctimas experimentaron síntomas que incluían vómitos y diarreas, según describieron sus familiares y otros residentes de la zona, asegurando que el problema había surgido al consumir agua procedente del grifo. Algunos de ellos indicaron que antes del incidente el agua había comenzado a desprender un olor extraño.
Muchas mezquitas de Al-Ibrahimiah utilizaron los altavoces normalmente usados para llamar a la oración para advertir a los habitantes de que no bebieran agua corriente ante el extraño brote, mientras las autoridades locales informaron a la prensa que habían abierto una investigación para determinar si existía una relación entre las intoxicaciones y el agua; ésta incluirá análisis al margen de los realizados anteriormente por la compañía local de suministro, que negó que existieran sustancias extrañas en el agua y atribuyó la intoxicación a malas prácticas de los consumidores.
La red de alcantarillado y distribución de agua de Egipto sufre a menudo problemas a causa de un mantenimiento deficiente, y no son raras las quejas de ciudadanos por el agua de grifo. De hecho en octubre del año pasado otro centenar de personas resultaron intoxicadas en un incidente similar en la misma provincia de Sharqia.
Más recientemente, este mismo mes el hundimiento en el Nilo de un barco cargado con 500 toneladas de fosfatos ha desatado las alarmas por una posible contaminación de las aguas del río, incrementado la demanda de agua embotellada entre muchos egipcios.
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