DESIERTO. Florencia entre dromedarios. Dice que la ciudad experimentó un boom en cinco años.
Veterinaria, está radicada en Dubai hace 8 años. Formó su familia y pese a las diferencias culturales, asegura que es más lo que nos acerca con los árabes.
Como si estuviera escrito en su destino, los viajes y la apertura a nuevas culturas vienen marcando su camino desde hace más de una década. Vecina de La Lonja, Florencia Rigali está radicada en Dubai desde hace 8 años, donde formó su familia. “Es difícil imaginar otro lugar en el que cuadraríamos tan bien”, asegura.
En parte por amor y en parte por la necesidad de encarar un desafío personal, la médica veterinaria de 39 años dejó el país en 2009, después de casarse con un alemán, oriundo de Ulm, al que conoció durante un viaje a Panamá.
Juntos se instalaron en Melbourne, hasta que decidieron trasladarse a Dubai, uno de los siete Emiratos Árabes Unidos, donde la pilarense trabaja en un hospital de caballos, realizando técnicas de reproducción asistida.
Desde entonces, en un abrir y cerrar de ojos, cosechó amigos de todas las nacionalidades y se convirtió en mamá de Benjamín, hace casi dos años. Es que, como ella describe: “la vida en Dubai es muy rápida, todos los que estamos acá es porque vinimos con un trabajo así que es así, veloz”.
“El poco tiempo que uno tiene libre lo pasa con amigos, como todos estamos lejos de nuestros afectos, ellos pasan a ser tu familia y es fácil armar un grupo acá porque todos dejamos algo en busca de algo distinto”, explicó en diálogo con El Diario.
En cuanto a las características de la ciudad, destacó que “es muy segura, tanto que uno se relaja en serio y ese es uno de los problemas de los chicos que crecen acá, nadie tiene calle”.
Paralelismo
La lejanía física no la llevó a desconectarse de nuestro país, al que regresa dos veces al año. Pendiente de las noticias y de lo que ocurre en estas latitudes, Florencia asegura que en ciertos aspectos, “la ciudad me hace acordar a Pilar, tiene un centro viejo o histórico que lo conocen solo los de acá y después hay mil áreas interesantes, pero independientes entre sí, son muchas ciudades en una”.
En vísperas de la exposición internacional que arrancará en octubre –Expo Dubai 2020- , la veterinaria asegura que el haber ganado el derecho a organizarla, hace cinco años, modificó drásticamente la dinámica de la ciudad.
“Empezó un boom que cambió todo, hay mucha más infraestructura gratis, playas con ramblas para correr, bicisendas para recorrer el desierto, cafés y restaurantes con comida internacional accesible”, destacó al tiempo que recordó que “cuando llegamos no había casi nada fuera de hoteles de lujo. Ahora hay muchas universidades, áreas de diseño, arte, museos y una ópera”.
El clima es quizás una de las características más hostiles de Emiratos Árabes aunque, al respecto, Florencia destaca que “hay 8 meses que el clima es bueno y 4 meses que en calor es bravo, pero es como un invierno extremo, la vida afuera se limita y por suerte hay muchas opciones para hacer cosas adentro”.
Prejuicios
La mudanza a un país musulmán implicó una serie de cambios en cuestiones cotidianas, que, sin embargo, Florencia asimila con naturalidad. “Me acostumbré a ser más recatada al vestirme”, afirma sin dramatismos.
En este sentido, la maternidad cambió un poco el panorama: “la ley que rige es la de ellos, porque vivimos acá y los hijos son de los padres. Si a mi marido le pasara algo mandarían a mi hijo a lo de mis suegros”.
De todos modos, lejos de cuestionar la idiosincrasia del país que eligió para vivir, la pilarense no ahorra elogios cuando tiene que referirse a los musulmanes. En contraposición a muchos prejuicios que circulan de este lado del mundo, ella señala que “son más parecidos a nosotros de lo que pensamos, son muy familieros, más que nosotros”. “Siempre hay razones para juntarse y cuando lo hacen la comida siempre sobra”, apunta y agrega que: “los redescubrí cuando quedé embarazada, desde que nació Benja es así, todos se acercan, te dan bendiciones y son amorosos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario