Uno de los trenes Talgo del AVE entre Medina y La Meca, en uno de los viajes de prueba
Arabia Saudí ha suspendido las peregrinaciones, pero la operadora tiene garantizados los ingresos en la fase actual de preoperación
Sin peregrinos. Así se ha quedado el AVE entre Medina y La Meca que gestiona el consorcio español Al Shoula del que forma parte Renfe, encargada de explotar el corredor. El pasado miércoles, el Gobierno saudí suspendió las peregrinaciones por la “umrah”, la peregrinación menor a La Meca que se puede hacer en cualquier periodo del año, a los ciudadanos y residentes en el país, así como las visitas a la Mezquita del Profeta, en Medina, por la aparición del coronavirus. Una circunstancia que va a dejar en tierra a miles de musulmanes que usan el tren de alta velocidad que une ambas ciudades pero que no va a tener gran impacto en las cuentas de Renfe.
La operadora española comenzó a operar el corredor en octubre de 2018 en lo que se dio a conocer como fase de preoperación. Esto implica restricciones en el servicio, tanto de prestaciones como de días en operación, debido a que todavía hay partes del proyecto que no están terminadas. En la actualidad, el corredor sigue operando en estas condiciones, por lo que, según el acuerdo alcanzado por el consorcio español con el cliente, la Saudi Railway Organization (SRO), a Renfe se le paga una cantidad fija, además de una cantidad muy pequeña de cada billete que vende, lo que le garantiza los ingresos.
A pesar de la suspensión de las peregrinaciones, fuentes del consorcio han confirmado que, por el momento, se mantienen los mismos servicios que había programados. No obstante, el presidente de Renfe, Isaías Táboas, aseguró ayer a Efe que la decisión de Arabia de suspender las peregrinaciones obliga a reajustes para adaptarse a la situación.
Negociación en curso
Más allá del problema puntual del coronavirus, Táboas confirmó que el consorcio español está negociando con Arabia Saudí ajustes en el plan de explotación de la línea debido a que aún no está terminada su construcción. A consecuencia de los retrasos en el acabado de algunas zonas del trayecto, “no se circula en fase de operación todos los día, sino sólo cinco a la semana, porque durante los otros dos todavía estamos en fase de construcción”, explicó Táboas. Se circula, dijo, con menos frecuencias y trenes de los que hubiesen querido el cliente, el Saudi Railway Organization (SRO), y Renfe, precisamente, porque la construcción aún no ha acabado. Todo eso es un “puzzle”, que “hay que ir manejando, armonizando dos períodos que son muy diferentes”, ha indicado.
Además, el incendio que afectó en septiembre a la estación de Yeda, actualmente en reconstrucción, “ha entorpecido los planes de las autoridades saudíes para operar el tren de manera comercial lo antes posible, que es lo que queremos todos: que deje la fase de construcción y entre en la de operación”, insistió “Lamentablemente”, se trata de la estación más importante por número de viajeros de toda la línea, por lo que “va a significar algún inconveniente en la puesta en marcha de la fase de operación”, agregó el máximo responsable de Renfe". En ese contexto, estamos hablando con el cliente para ver cómo se aborda la situación y cómo quiere que se actúe, ya que “no es lo mismo estar construyendo y solo construir, donde puedes hacer todas las pruebas que quieres, que estar construyendo unos días y explotando otros”, precisó Táboas.
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