En medio de la conmoción y el luto por las nueve personas asesinadas en el ataque xenófobo del miércoles en Hanau, Alemania ha intensificado las medidas de seguridad en todo el país.
El Ministro del Interior anuncia un aumento de la presencia policial en las estaciones de tren, aeropuertos y cerca de las mezquitas.
"La semana pasada, doce sospechosos de terrorismo de ultraderecha fueron arrestados por planes de ataque concretos. En los últimos días, hemos llevado a cabo búsquedas de sospechosos de ser extremistas de derecha en varios lugares de Alemania, donde nos incautamos de grandes cantidades de explosivos y granadas de mano, así como armas automáticas", ha anunciado Horst Seehofer, Ministro del Interior.
Dos mil personas se reunieron el jueves por la noche en una de las muchas vigilias que se hicieron en homenaje a las víctimas mortales del ataque, algunas de las cuales eran inmigrantes.
Pero los discursos del Primer Ministro y del Presidente Federal han sido criticados por la comunidad musulmana local. Aiman A. Mazyek, Presidente del Consejo Central Musulmán de Alemania, se ha quejado de que "se habla de extremismo de derecha y antisemitismo en Alemania, pero el término Islam o musulmán no se usó ni una sola vez, en la ceremonia de anoche. El antisemitismo y la islamofobia van de la mano, y si quieres enfrentarte a uno, no puedes ignorar el otro. Esa es nuestra crítica. Las víctimas no estaban en el escenario ni estaban presentes tampoco en los discursos. "
También se han desatado las críticas contra el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania por alimentar el odio tras el ataque. Entre otras cosas, han celebrado este mitin a favor del movimiento de Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (PEGIDA).
El partido, por su parte, rechaza toda responsabilidad por este tipo de ataques de odio.
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